Imagínate esto: pasas por el bar con tus amigos después del trabajo, y un trago se convierte en dos y luego en una botella entera y sigues diciendo "¡otra copa hasta rebosar para mí, por favor!" cada vez que alguien ofrece una ronda.
Pides un taxi que te lleve a casa, te tiras en la cama a medio desvestir, esperas a que la habitación deje de girar y te desmayas, solo para despertarte así:
Después de utilizar la poca energía que tienes tratando de sacar tu lamentable cuerpo de la cama a cualquier hora vergonzosa que sea, tropiezas con la nevera. Tu estómago da vueltas y tu cabeza se divide en un millón de pedacitos. Es duro.
Pero las sobras de pizza de la semana pasada son la solución, ¿verdad?
FALSO. Lo siento, pero te equivocas.
La pizza fría es deliciosa, pero no quita la resaca. La buena noticia es que, aunque la pizza realmente no calmará tu estómago ni te hará sentir como un humano funcional, PUEDES comer para tener una recuperación más rápida y completa.
Resulta que un par de pequeños ajustes pueden hacer una gran diferencia en tu recuperación.
Para empezar, cambia las bebidas gaseosas por bebidas deportivas y paletas.
No comas comidas en cantidades grandes y grasosas.
En su lugar, opta por alimentos con mucha vitamina B.
Engaña a las ansias de grasa de tu cuerpo con grasas saludables.
No caigas en la trampa del "cura resacas".
Bebe montones de agua.
Piensa en el trato que le das a tu cuerpo ANTES de salir la próxima vez.
¿Y si te levantas y sigues borracho?
Así que diviértete, dale la bienvenida a la ocasional mañana después del sufrimiento, pero no olvides cuidar de ti mismo antes, durante y después de esa cerveza convertida en borrachera.
