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¿Qué es para ellos violencia? ¿Qué es para ellos intimidación?

La sensación tras la sentencia a La Manada es que violar sale barato en este país.

Los miembros de La Manada han sido condenados a 9 años de prisión por abuso sexual continuado. La Fiscalía pedía 22 años de cárcel por un delito de agresión sexual. Los expertos ya afirman que, después de la absolución, este era el mejor escenario para los acusados. La sensación general tras la sentencia es la de que violar sale barato en nuestro país. Y que a veces la justicia sigue sin entender a las mujeres.

El delito por abuso sexual por el que los miembros de La Manada han sido finalmente condenados se da cuando se accede al cuerpo de otra persona sin consentimiento, pero sin violencia ni intimidación. No es una violación. Imagino que a buena parte de España le gustaría saber qué es lo que entienden ellos por violencia. Qué es lo que ellos consideran intimidante.

Pregúntale a cualquier mujer. Y me atrevería a decir que a cualquier hombre. Encontrarse frente a frente con cinco hombres mucho más grandes y fuertes que tú y con oscuras intenciones es intimidante. Estar encerrada en el mismo espacio con cinco hombres que van a practicar sexo contigo, quieras o no, es violencia. A menudo la resistencia pasiva o el sometimiento es la única opción de supervivencia. Es una agresión, no un abuso.

Durante el juicio, miles de personas salieron a las calles para protestar contra la justicia patriarcal. Fue cuando la víctima pareció convertirse en una acusada más del caso, cuando la familia de uno de los auténticos acusados le puso un detective a la chica para demostrar que seguía llevando una vida normal, que incluso se reía, que el trauma no era tal. Fue cuando el juez tomó estas pruebas en consideración para agregarlas a la causa. Fue cuando las mujeres recibimos el mensaje de que, en el caso de convertirnos en víctimas, más nos valía, también, saber aparentarlo.

Esta sentencia es una muestra más de lo que las feministas acuñaron como justicia patriarcal. Lo que los jueces no parecen tener en cuenta es que la intimidación no se da solo a golpe de navaja. Y que la violencia no son solamente unos golpes. La intimidación también es un uno contra cinco, una desigualdad de poder. La violencia es que cinco hombres terminen consiguiendo que una mujer haga algo en contra de su voluntad.

El machismo tiene los tentáculos muy largos. Y en una sociedad machista, termina alcanzándolo todo. También la justicia. El mensaje que parece llegarnos desde arriba es que ser una víctima sale muy caro, que no merece la pena luchar, que siempre vas a tener algo de culpa, bien sea porque bebiste demasiado o porque no terminaron matándote a golpes al intentar resistirte. Que sumisas estamos más guapas.

Desde abajo el mensaje es otro. Las mujeres han salido a las calles al grito de "tranquila, hermana, aquí está tu manada". Políticos, periodistas y profesionales de distintos gremios han mostrado su repulsa a la condena y han dado su apoyo a la víctima. El caso de La Manada ha conseguido que toda España esté pendiente de una sentencia por violación, que se nos revuelvan las tripas cuando vimos el trato vejatorio que sufría la víctima, que nos indignemos.

Hoy, la justicia ha sido cómplice del machismo enraizado en nuestra sociedad. Hoy, también, las calles se volverán a llenar de gritos de "yo sí te creo". Porque las mujeres estamos hartas de que la justicia nos haga escoger entre ser tomadas a broma o ser asesinadas. Porque esta violencia y esta intimidación sistemática son injustas para la mitad de la población. Porque esto ya no se puede tolerar.