1. Tu despertador se llama "afilaor".
2. Hay que empezar el día de verano siguiendo la dieta mediterránea.
3. Has aprendido que aquí no se dice "hola", sino que un "¿qué pasa [introduzca aquí "illo", "nene", "miarma", "killo", "pisha", etc]?" es lo mínimo que se despacha.
4. Y has descubierto la copla no solo la escuchaba tu abuela, sino que arrasa en televisión.
5. Comprendes que el abanico no es un complemento más, sino EL COMPLEMENTO.
6. A la playa no se va, se baja.
7. Y hacerlo antes de las 12 de la mañana no solo es madrugar, sino que es hasta de mala educación.
8. Si estás en Cádiz o en Huelva, a veces has corrido así al meter un pie en el agua del Atlántico.
9. Has huido desesperado de vendedores de latas, gafas de sol, pareos y pulseras de la amistad.
10. Y te has refugiado en un chiringuito porque todos sabemos que no hay nada que no arregle una tortilla de camarones.
11. Aunque no quieras reconocerlo, le has pillado el punto a la Cruzcampo.
12. Durante unos días, la toalla se convierte en tu caja fuerte particular para guardar tus objetos más preciados.
13. Tienes la seguridad de que morirás con una sombrilla clavada en el pecho por el viento de levante.
14. Has estado en Nerja y te has sentido como Bea, Javi, Pancho (o incluso Piraña)
15. Y, por supuesto, silbas la canción hasta cuando coges la bici para ir a comprar el pan.
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16. Has descubierto tesoros escondidos donde menos te lo esperabas.
17. Has acabado bailando el pasodoble en prácticamente todas las fiestas de los pueblos de la comunidad autónoma.
18. Porque en verano en Andalucía, vayas donde vayas, siempre hay una fiesta.
19. Y podrías alimentarte únicamente a base de espetos y gazpacho.
20. Comprendes que en algunos pueblos de Andalucía son tan blancos que tienes que llevar gafas de sol siempre.
21. Cuando toca levante te sientes un poco así.
22. Sabes que en verano y en la playa, el horario de la siesta es más sagrado que la Virgen del Rocío.
23. Después de haberte ido de tapas por Andalucía, te parece que hay que atracar un banco para comer en otras ciudades.
24. Has dicho más de una vez eso de "si echo a nadar, llego a Marruecos".
25. Sabes que, cuando te vayas, vas a echar más de menos el pescaíto frito de lo que echaste de menos a tus padres cuando la Erasmus.
26. Has acabado "sin querer" en algunos de los miles de festivales que hay por toda Andalucía en verano.
27. Tienes tu sitio de la playa reservado para el Carranza desde hace más de un año.
28. Cuando vas a Marbella o la estación de Santa Justa, te arreglas por si te pillan los paparazzi.
29. Sabes que perderse no siempre es malo.
30. Usas tus vacaciones para surtir de fotos tu cuenta de Instagram durante todo el año.
31. Te vuelve loco "la fresca".
32. Todos los años te planteas la opción de dejarlo todo, montar un chiringuito y quedarte en Andalucía.
