1. Ejercicios de respiración:
Con los pies en el suelo, coloca una mano sobre la pelvis y la otra en la parte superior de tu cabeza. Inhala hasta la columna y exhala hasta la parte alta de tu cabeza.
2. Masaje en la sien:
Utilizando la yema de los dedos, masajea tu sien, las articulaciones de tus mandíbulas y la parte posterior del cuello.
3. Relajación del cuello:
Empieza con tu cuello en el centro, gira tu cuello a la izquierda y a la derecha, luego en círculos en el sentido de las agujas del reloj y en sentido contrario.
4. Meditación:
5. Equilibrio y estiramiento:
Usando la pared para mantener el equilibrio, jala tu rodilla hacia arriba y vuelve a ponerla en el suelo. Jala tu pie hacia tu trasero. A continuación, mantén tus caderas en escuadra y empuja de modo que estés empujando contra el suelo.
6. Estiramiento de brazo:
Coloca tu palma sobre la pared y aléjate a un paso de tu mano. Luego deja que tu hombro se acerque todo lo posible a la pared. Asegúrate de que no haya tensión en tus hombros. Puedes combinar esto respirando con una mano en corazón, si así lo deseas.
7. Estiramiento del antebrazo:
8. Giro de la columna vertebral:
Extiende tus brazos hacia arriba para estirar la columna. Mantén tus caderas en escuadra y gira alrededor hasta que puedas tocar el costado de la silla. Repite hacia el otro lado.
9. Medio loto:
Con ambos pies en el suelo, jala tu tobillo hasta la cadera. Tiéndete sobre tu regazo y deja que la sangre baje a tu cabeza. Esto ayuda especialmente si estás parado todo el día.
10. Mariposa:
Siéntate en una silla y cruza tus piernas, tocando las plantas de tus pies. Si no eres lo suficientemente flexible, solo levanta una rodilla y empújala hacia tu muslo. (Si eliges esta opción, asegúrate de que el otro pie esté en contacto con el suelo).
11. Postura del gato:
Con las palmas detrás de ti, levanta tu pecho y agarra el respaldo de la silla. Empuja tu pecho hacia el frente e inclina tu cabeza hacia atrás. Regresa tu cabeza y haz un nido para ella con tus brazos cruzados.
12. Perro boca abajo:
Agárrate de una repisa: Mantén tus pies pegados al suelo y tus caderas en alto. Empuja tu pecho hacia el suelo y deja que tu cabeza cuelgue debajo de tus hombros.
13. Estira tus hombros:
Estira tus manos detrás de tu espalda y entrelaza tus dedos. Manteniendo las caderas cuadradas, deja que tu cabeza cuelgue entre tus rodillas y tus brazos sobre tu cabeza.
14. Si estás en un nivel más avanzado, puedes pasar a la postura de la silla...
Coloca tus brazos alrededor y dobla tus rodillas, poniéndote lentamente de pie.
15. Terminando con la postura del árbol:
Junta tus palmas y lleva tus codos hacia adentro. Sube un pie y colócalo contra la rodilla y trata de mantener el equilibrio sobre un pie. Extiende tus brazos y vuelve a bajar tu pie para terminar.
Gracias a la maestra y modelo, Tegan Hecht. Síguela en Instagram: @thegroovinherb
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