El sumo pontífice de la iglesia católica, el Papa Francisco, estuvo de visita en Bolivia. Como agasajo, Evo Morales le obsequió un crucifijo, cosa que sería totalmente aceptable si éste no tuviera forma de la hoz y el martillo comunista.
Y los chistes no se hicieron esperar.
Para algunos, fue una tontería:
Y para otros, una falta de respeto:
Pero todos notaron la cara del Papa:
Algunos dijeron que Dios no es comunista
Y a otros les pareció de mal gusto.
Hasta el mismo Papa dijo que "no está bien eso"...