1. Estas loncheras y sus termos que siempre sabían a un jugo viejo mal lavado.
2. La importancia de tener uno de estos sacapuntas en el morral, para no pedir prestado.
3. Pero también, en nuestros días más pobres, llegamos a tener estos.
4. Cuando te mandaban un trabajo, y tenías que hacerle portada.
5. Y lo desesperante que resultaba la aparición de estos perolitos en Microsoft, que nunca nos ayudaban en nada.
6. Sabes bien que nunca terminaste de usar una borra nata en su totalidad.
7. Mientras tanto en la cantina: "¿Qué tienes de tomar? ¿Hay Riko Malt?"
8. "Señor, me da un tequeñón, por fa'"
9. Pero claro que también pedíamos una empanada cada vez que podíamos.
10. Nos encantaba hacer las rayitas de la "zona de reclamación". Éramos expertos.
11. La habilidad de hacer chuletas para pasar un examen era todo un talento especial.
12. Lo mucho que nos dolía arrancar una hojita de este block de dibujo.
13. Si se te perdía una cosita blanca de estos portaminas, dejaba de servir para siempre.
14. Hacer figuritas con estos moldes nos encantaba.
15. Que no te de pena admitir que tuviste un Jean Book de cuaderno.
16. La importancia de tener un paquete de Prismacolor mayor de 12 colores.
17. Existían dos tipos de alumnos: a quienes les encantaba que los mandaran a borrar el pizarrón y a quienes no.
18. Aún recordamos el matador olor de estos marcadores con los que hacíamos el material de apoyo en las presentaciones.
19. Los zapatos para ir al cole, y lo horribles que eran.
20. El peor enemigo de muchos.
21. Las niñas tenían montones de estas pulseras de tubos con escarcha hechas por ellas mismas o se las compraban a otra compañerita en el salón.
22. Cómo olvidar la tempera con sus colores básicos que disfrutabas mezclar.
23. Nunca olvidarás cuando te asignaban la realización de un germinador.
24. Lanzar taquitos en plena clase como hobby.
25. Dejar la cartuchera era como si se te olvidara la cartera en casa. Aquí una de esas que se abrían con "botones".
26. Jugar esto y que te saliera un insulto era realmente ofensivo.
27. Pasar los recreos contrabandeando tazos.
28. Y hielocos.
29. Estos bolígrafos que usábamos principalmente para intentar presionar dos colores al mismo tiempo.
30. Hubo una época en que prácticamente todo el salón olía a Tommy.
31. Pero sí, atrás quedaron los días en los que este pupitre te veía reír, copiarte, dormir en "posición de descanso", lanzar taquitos, llorar y hasta rezar.
