1. Has visto esta mancha tantas veces en tu vida que nunca podrás llevar la cuenta.
2. Puedes admitir que esto te ocurre con absoluta normalidad.
3. Te has visto en esta situación más veces de las que quisieras.
4. Pero más allá de la molestia de tener que limpiar, queda en ti un corazón roto por todo el café perdido que pudo haber entrado por tu boca.
5. Reconoces que odias cuando te sirven poco café.
6. En tu escritorio siempre vas a encontrar rastros de café. Es parte de tu vida laboral.
7. Sabes muy bien que en tu fregadero siempre hay una, dos o hasta tres tazas de café por lavar.
8. Si eres chica estás acostumbrada a esta imagen.
No importa qué labial uses, este siempre deja su marca. Unos más sutiles que otros.