1. Considera preparar un montón de muffins de huevo repletos de proteínas para desayunar a lo largo de la semana.
Raciónalos en bolsas para sándwich y déjalos en el refrigerador para que tomar un par para llevar sea tan fácil como tomar una barra de granola (o, tú sabes, una dona...).
De izquierda a derecha: Muffins de huevo con col rizada y pimientos rojos asados, Muffins de queso, vegetales y huevo de 100 calorías.
2. ¿Otra cosa para lo que los moldes para muffins son buenos? Mini pastelitos de carne que son súper fáciles de llevar en la cualquier lado.
3. Los huevos cocidos son baratos, saludables y fáciles de hacer, pero pueden volverse aburridos. Sírvelos sobre pan tostado con un poco de mantequilla para hacerlo más emocionante.
4. Preparar la comida no tiene por qué significar comer lo mismo todos los días. Mezcla y combina tus proteínas y verduras para que el almuerzo no nos parezca repetitivo.
5. Compra ~comida real~, no cosas empaquetadas. ¡Y aprende a cómo almacenarla adecuadamente para que dure el máximo tiempo posible!
6. Mejora tus batidos de frutas añadiendo yogurt griego y endulzando solo con fruta entera, en lugar de miel o jugo.
7. Cuando cocines con calabaza de invierno, no tires las semillas. Ásalas por separado y guárdalas para un fácil tentempié.
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