Renata Flores es una jovencita peruana de Huamanga, Ayacucho, el mismo lugar en donde nacieron sus padres. Con tan solo 14 años de edad se ha convertido en un arma contra el olvido de su cultura ancestral.
Ella lo hace a través de "Los jóvenes también hablamos quechua", un programa fundado hace 13 años por sus padres que trabaja en expandir y conservar su lengua ancestral, el quechua, por medio de las artes.