1. Sabes exactamente cuántas baldosas hay en el techo, y que esa que está ligeramente torcida puede volverte clínicamente loco.
2. Los vídeos virales en donde las personas renuncian a sus trabajos de una manera creativa te hacen llorar más que cualquier vídeo de propuestas de matrimonio amorosas.
3. Te preguntas cuándo la Asociacion Americana de Psiquiatría agregará el término "Coma de Cubículo" al Manual de Diagnóstico y Estadística de Desórdenes Mentales.
4. Estás en una relación comprometida, apasionada y lujuriosa con el café.
5. Cuando lavas y doblas tu ropa generalmente se ve así:
6. Y entonces lloras y mojas toda tu ropa limpia con tus lágrimas y tienes que lavarla de nuevo.
7. Podrías llenar un museo con todos los garabatos que has hecho durante las reuniones. Honestamente, serías capaz de llenar un ala del Louvre.
8. Evitas que se te derrita el cerebro utilizando tus artículos de trabajo de forma creativa.
9. Los bosques lloran puesto que has desperdiciado millones de Post-it en murales de mosaicos gigantes.
10. Encuentras formas ingeniosas de tomar la siesta en el trabajo sin meterte en problemas.
11. La mayor parte del día te pasas perdiendo el tiempo el las páginas web que tu empresa bloqueó, pero encontraste la manera de burlar el cortafuegos porque eres muy listo.
12. Has recitado el saludo telefónico tantas veces que bien podrías tenerlo grabado en tu lápida.
13. Cuando tratas de explicarle a la gente en qué consiste tu trabajo, sus ojos miran hacia otra parte y puedes tomar el tiempo exacto en el que se ausentan mentalmente.
14. Te relacionas de todo corazón con La Oficina, lo que es una cosa buena y a la vez una cosa terriblemente desgarradora.
15. Tu tolerancia hacia la gente tonta ha disminuido notablemente.
16. ... y tu paciencia con el equipo de trabajo defectuoso ha seguido el mismo camino.
17. Cada pausa para ir al baño la sientes como unas mini-vacaciones, y las alargas lo más que puedes.
18. La "Happy Hour" de después del trabajo es el combustible de tu vida.
19. Y el "brunch" del domingo se ha vuelto sagrado. Es un refugio en la tormenta de papeles y tareas de poca importancia.
20. Tus frustraciones y ansiedades de todo el año te hacen actuar como un idiota en la fiesta de Navidad de la empresa, y pasas todo el año siguiente intentándolo olvidar.
21. Te preguntas por qué los científicos aún tienen que explicar por qué literalmente el tiempo se vuelve exponencialmente más lento después del almuerzo.
22. Pero entonces el día de pago se acerca y parece que todo vale la pena. Casi.
