9 cosas que he aprendido hasta ahora yendo a terapia

Lo que SABES es una cosa, y lo que SIENTES puede ser algo totalmente distinto.

1. La terapia no consiste en montar un drama ni en descubrir las misteriosas fuerzas ocultas que rigen tu vida; simplemente te ayuda a que todo sea menos complicado.

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Antes de empezar a ir a terapia, pensaba que el objetivo era "descubrir" qué traumas ocultos había en tu vida. En realidad, consiste más en aprender a ver las cosas como lo que son, y reducir, no aumentar, el drama.

2. Cuanto más te abras a las cosas que te molestan, más perderán esas cosas su 'poder' sobre ti.

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Sí, a veces necesitas hablar sobre cosas intensas. Y eso no siempre es indoloro. Pero, una vez que empiezas, sientes alivio.

3. Responsabilizarte de tus actos no hace que la vida sea más difícil. La hace más fácil.

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En la terapia aprendes a diferenciar entre las cosas que simplemente ocurren por culpa de otras personas y las cosas que suceden como resultado de nuestras elecciones. Y, cuando se trata de eso último, siempre puedes aprender a hacer las cosas de forma un poco diferente la próxima vez.

4. Hablar sobre asuntos cotidianos y triviales nunca es realmente trivial. Nada es demasiado aburrido como para no hablarlo durante la terapia.

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Esto incluso incluye cosas como cambiarte de peinado o ir a un bar distinto. Nada es tonto o inútil, porque siempre revela algo sobre cómo elegimos y le buscamos sentido a las cosas.

5. Conocerte mejor suele ayudar a que te resulte más fácil tratar con otras personas.

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No podemos predecir qué harán los demás o qué piensan sobre nosotros. Pero, con la terapia, podemos empezar a conocernos mejor a nosotros mismos, lo que hace que resulte más fácil comprender y aceptar a los demás por quienes son.

6. A veces, enfadarse o disgustarse puede deberse a una costumbre, especialmente cuando una situación te recuerda de forma inconsciente a algo que has vivido antes.

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En ocasiones, nuestra mente se olvida de que cada persona y cada situación a la que nos enfrentamos ES distinta de la anterior. Esto significa que no estamos condenados a seguir patrones y ciclos; siempre tenemos la opción de hacer las cosas mejor.

7. Tienes que ser paciente para ver los 'resultados' de la terapia.

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Tal vez sientas que la terapia ya 'funciona' tras la primera sesión, pero a veces tienen que pasar semanas para que empieces a notar el progreso. Los cambios se producen lentamente y tenemos que tener paciencia con nosotros mismos.

8. Lo que SABES es una cosa, y lo que SIENTES es otra.

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Por ejemplo, puedes SABER que tienes un montón de cualidades fantásticas, pero una baja autoestima puede hacer que SIENTAS que eso no es verdad. Y ahí es donde entra la terapia para desenredar los nudos que tienen que ver con esta situación.

9. La terapia solo 'funciona' cuando llegas tú a cada conclusión.

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No importa qué nos hayan hecho creer; una vez que estás verdaderamente preparado para reconocer tus verdades es cuando surgirá el cambio desde dentro hacia fuera.

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Este artículo se ha traducido del portugués.