En pleno siglo XXI, el gobernador de Nuevo León se opone al matrimonio igualitario

    Para Jaime Rodríguez, "El Bronco", el resto son "zonceras".

    Aunque la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ya ha declarado que es constitucional el matrimonio entre personas del mismo sexo, el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, "El Bronco", tiene una opinión muy distinta.

    Este viernes, el político declaró que él cree que el matrimonio sólo debe existir entre hombre y mujer.

    Y todo lo demás, a su juicio, son "zonceras".

    El político mexicano declaró este viernes: "Yo no soy moralista ni religioso. Creo en ese principio de la familia, creo en el matrimonio, no en las otras zonceras, no creo en las otras cosas".

    "El Bronco", quien llegó al Gobierno como candidato independiente, agregó: "El matrimonio es hombre-mujer. Punto. Si alguno de ustedes piensa lo contrario, convenza a la sociedad. Yo no".

    Las declaraciones del gobernador fueron hechas este viernes durante una reunión con empresarios, en el Hotel Quinta Real, en Monterrey, y fueron recogidas por la prensa local.

    No es la primera vez que "El Bronco" se expresa en contra del matrimonio igualitario. El año pasado, rechazó públicamente la adopción gay por ser "contra natura", de acuerdo con una entrevista. Incluso llegó a declarar al diario Reforma que si ciudadanos de su Estado querían casarse, fueran a hacerlo donde fuera legal.

    Hoy, de nueva cuenta, Rodríguez se volvió a pronunciar al respecto: "Estamos perdiendo el principio fundamental de la familia, es lo que yo creo y es lo que estoy tratando de transmitir y para eso no se necesita presupuesto".

    Aunque dijo que su juicio no era moralista ni religioso, agregó: "Yo creo en Dios, voy a las iglesias cada que hay boda o quinceañera".

    Desde 2009, la Ciudad de México se convirtió en la primera entidad del país y de América Latina en aprobar una reforma que permitió el matrimonio igualitario. El caso llegó a la Corte mexicana y en 2010, la mayoría de los Ministros declararon que son constitucionales el matrimonio entre personas del mismo sexo y su posibilidad de adopción.

    Y, desde entonces, decenas de parejas han emprendido una batalla legal para que la Corte los ampare y se puedan casar en sus propios Estados.