Debemos desaparecer al Partido Verde, por el medio ambiente y por nuestro futuro

    Opinión: Ningún partido en nuestro país ha puesto por delante una agenda medioambiental y de sustentabilidad. Mucho menos el PVEM y eso compromete nuestro futuro. Por eso, debe desaparecer.

    Hace unos días vi un capítulo muy interesante de la serie “Great Lives” producida por la BBC sobre la vida de Petra Kelly, una valiente y carismática política alemana fundadora del Die Grunen (partido de los verdes) -uno de los primeros partidos ecologistas del mundo- que al poco tiempo de su formación lograría conseguir 27 escaños en el parlamento y así constituirse en una de las fuerzas políticas más innovadoras en Europa, tanto por sus propuestas de economía sustentable, equidad de género y ambientalismo; como por sus prácticas internas: transparencia, mecanismos de democracia directa, etc.

    A finales de los setentas e inicios de los ochentas se dio el boom de los partidos verdes, en la mayoría de los casos liderados por activistas sociales, que como Kelly, provenían de los movimientos ecologistas contra la nuclearización en Europa y de diversas formaciones de izquierda que veían en la socialdemocracia poca preocupación por los temas ambientales, pero también un desinterés por plantear alternativas reales al capitalismo y sus consecuencias: desigualdad, explotación de los recursos naturales, injusticia social y pobreza.

    Mucho se puede debatir sobre el desempeño electoral de los partidos verdes en el mundo. Sin embargo, sí es claro que han logrado empujar agendas y políticas que antes eran ignoradas. Desde las oposiciones exitosas al rearme nuclear, o las implementaciones de impuestos y subsidios verdes, el posicionamiento de una agenda global contra el cambio climático, o las medidas, sobre todo a nivel local, de partidos verdes como el colombiano, son reflejos de que en varias partes del mundo estos han sido necesarios para el avance de las luchas por la ecología, la sustentabilidad pero también, de la redistribución de la riqueza, la igualdad y derechos sexuales y reproductivos. Lamentablemente en México esto no ha sido así.

    Nuestro Partido Verde, a diferencia de la inmensa mayoría de los partidos verdes en el mundo, no proviene del activismo ni de posiciones de izquierda. Fundado por el ex-priísta Jorge González Torres, este partido solo ha tenido un candidato a la presidencia, el mismo Jorge González Torres, cuya familia además, ha administrado al PVEM como una empresa. Y es que no ha tenido otro candidato a la presidencia, porque no lo ha necesitado. Desde el año 2000 ha ido en alianza y ha vendido su apoyo al mejor postor, lo hizo con Fox, Madrazo, Peña Nieto y más recientemente con José Antonio Meade, aunque después de los resultados del 1ro de julio, anunciaron la ruptura de su alianza con el PRI, tal vez porque los vientos de la cuarta transformación suenan muy fuertes.

    A pesar de hilar casi una década con más de una veintena de escaños en San Lázaro (47 en el 2015) el PVEM poco ha hecho por impulsar alguna agenda medianamente interesante en materia medioambiental. Lo poco que se ha visto, como las propuestas para prohibir circos y zoológicos, han palidecido ante la improvisación de los planteamientos de las mismas, los escándalos de corrupción de sus dirigentes (si uno busca “niño verde” en google lo primero que uno se encuentra es un listado de los “4 escándalos” de Jorge Emilio González Martínez, hijo del fundador del PVEM y ex-presidente del PVEM) y las propuestas retrógradas como la pena de muerte (rechazada por cualquier organización política medianamente decente), que los han llevado a ser expulsados de Global Greens, la red de partidos ecologistas más importante del mundo.

    Entonces mientras que en otros países, con los avances de los partidos verdes se fueron consiguiendo victorias -aunque fueran moderadas en muchos casos- en temas como derechos sociales, sustentabilidad y justicia social; en México el PVEM se consolidaba a base de alianzas pragmáticas, para las cuales, los principios ideológicos sobraban.

    El Partido Verde de México solo tiene de verde el color de su logo. Sin embargo, presidirán la comisión del medio ambiente en la Cámara de Diputados. Muchas organizaciones de la sociedad civil ya han manifestado su rechazo a esta decisión. Y aunque la apoyo, no puedo evitar pensar que esto no se terminará hasta que no se forme -o formemos, para hacerme corresponsable- una agrupación política que se tome en serio la agenda medio ambiental en nuestro país y borre al PVEM del tablero político.

    Si algo queda claro es que hoy ningún partido ha puesto al frente los temas de sustentabilidad y medio ambiente. Esto tiene que acabar, pues no solo nos jugamos el medio ambiente, con él, nos jugamos nuestro futuro. Hay que hacerlo, pues tener un partido verde de adorno ya le ha costado mucho a nuestro país.

    Pd. Esta semana inicié #TodaslasPersonas un proyecto que me emociona mucho, donde semanalmente entrevistaré a gente muy interesante. Nuestro primer capítulo ya está en youtube y lo pueden ver aquí. Con el motivo del 2 de octubre entrevisté a Gustavo Gordillo, uno de los líderes del movimiento del 68.