La guerra contra las drogas en México suena a narco rap

    A una década del inicio de la guerra de México contra los cárteles de la droga, un subgénero de hip-hop -el narco rap- se ha forjado entre las ciudades fronterizas más asediadas por el crimen, los Estados Unidos, e incluso el ejército norteamericano.

    Cuando Big Los fue deportado de Texas a la ciudad fronteriza mexicana de Matamoros, Tamaulipas, en 2015, estaba preocupado.

    Había lanzado una canción de rap unos meses antes llamada "Alto calibre", donde se jactaba de las hazañas del Chilango, un miembro encarcelado del Cártel del Golfo. El hombre tras las rejas había sido una figura importante en la ciudad mexicana de Reynosa, unos 80 km tierra adentro de Matamoros. Las dos ciudades han sido durante mucho tiempo bastiones de facciones del Cártel del Golfo, y aunque esos grupos a veces se llevan bien, otras ves no es así.

    "Alto Calibre", de Big Los

    Ruje un pinche Corvette ZR1 / se bajá él chilango anda armado hasta él culo / Bien paletoso trae un reloj julbo / Con la pinche super dice ábranse o los fumo.

    A fucking Corvette ZR1 engine roars / The Chilango steps out armed to the teeth / Real dapper, wearing a flossed-out watch / With the fucking gat he says, "Open up or I’ll smoke you."

    Big Los es una figura reconocible, tanto por su voz ronca y videos musicales en los que ostenta armas de fuego, como por su físico considerable, que recuerda a Big Pun o a The Notorious B.I.G.. Luego de llegar a Matamoros, Big sintió de inmediato que sería blanco de la pandilla rival que controlaba la ciudad, por lo que dice que llamó a alguien conectado al cártel, "un amigo de un amigo".

    "Le dije, 'No me siento cómodo en la calle, parece que todo el mundo me conoce'", dijo Big Los en febrero. "'No quiero que me saquen la ficha porque hice una canción para un tipo del otro lado y ustedes tienen una guerra interna’”.

    El rapero conocía bien Matamoros: En realidad había nacido allí antes de que su familia emigrara ilegalmente a Brownsville, Texas, cuando era niño. De adolescente creció en una parte desfavorecida de Brownsville, vendía drogas y al final terminó en la cárcel. Después de ser puesto en libertad, se encontró con la música rap, y la usó como una manera de salir de las calles (fue deportado a México en 2015 luego de solicitar la ciudadanía estadounidense).

    Aunque muchos raperos ven el dinero y la fama que proviene de su música como un escape a las dificultades de sus vidas, el narco rap es una excepción. La característica principal de este subgénero de hip-hop en español es que los miembros de un cártel de la droga le pagan a los raperos para que hagan canciones sobre sus vidas, llamadas "Dedicaciones", lo que en realidad termina provocándoles dificultades. Big Los, uno de los pioneros del narco rap, admite que recibe amenazas de muerte todo el tiempo a través de redes sociales por parte de personas que dicen ser contrarios (miembros de cárteles enemigos).

    A partir de las décadas de los 80 y 90, los artistas combinaron el tradicional género corrido con su acordeón, con esta práctica de contar historias jactanciosas de narcotraficantes en México, y los narcocorridos siguen siendo muy populares. Sin embargo, en la última década, una modernización de esta práctica ha florecido en la música rap, específicamente en relación con el Cártel del Golfo en la frontera entre Texas y Tamaulipas, a la par de la lucha entre los cárteles y la ofensiva del gobierno mexicano contra la violencia y las drogas vinculadas a los cárteles .

    Ahora el narco rap se está extendiendo rápidamente a otros grupos criminales en todo México, como Los Zetas y el Cártel de Sinaloa, y el MS-13 en El Salvador. También ha aparecido en comunidades de habla hispana en Estados Unidos con canciones de narco rap presentadas en inglés para los Latin Kings en Chicago y los Sureños en Los Angeles.

    Big Los dejó claro que no es miembro del Cártel del Golfo, ni conoce a la mayoría de la gente para la que hace canciones. Recibe mensajes a través de las redes sociales o mensajes de texto explicando lo que la gente quiere que diga sobre ellos; verifica que las canciones han sido aprobadas por el jefe del cártel, y luego hace las canciones por una tarifa.

    Y como uno de los más grandes raperos de narcos en la industria, Big Los gana la mayor cantidad de dinero por canción: unos 3 mil dólares, más otros 3 mil dólares por video. El rapero 5050 (pronunciado cincuenta cincuenta) cobra 500 dólares. Lirik Dog, un rapero de narco con sede en Reynosa, me dijo, "soy uno de los baratos", y cobra 200 dólares por dedicación.

    "Puedo hacerlo en una hora. Puedo escribir una canción en 15 minutos", dice Lirik Dog, sonriendo. Con un precio tan bajo y un ritmo aterciopelado, no tiene problema en mantenerse ocupado, alegando que no sabe cuántas canciones ha escrito. Sabe que uno de sus productores tiene por lo menos 900 de sus canciones; y estima que ha hecho al menos mil. "Si hiciera algo para otro grupo, la gente aquí me mataría, así que nunca lo hago, sólo para el mismo grupo". Como los otros, dice que las amenazas como "que me van a cortar la lengua" son comunes.

    Big Los también dijo que las tensiones aumentan cuando los miembros del cártel quieren cosas más "pesadas" de los raperos que escriben sobre ellos; sobre todo amenazas hacia los contrarios. Así que tiene que cubrirse las espaldas y las palabras cuando se trata de sus sujetos y sus enemigos. "¿Vas a estar delante de mí cuando me disparen? No, hijo de puta. Así que así es", dijo. Dice que sus benefactores entienden que él simplemente está protegiéndose, como ellos también deben hacerlo durante estos tiempos violentos.

    Con la canción "Alto calibre" se enfrentó a un tema similar. Lanzó una "versión sucia" (así llamada por él mismo) con su hermano y rapero Chino, en la cual advierte que cuando el miembro encarcelado salga de prisión, "se los va a cargar la verga". Debido a que "Alto calibre" se trataba de un hombre en Reynosa, "Tuve que ir a hablar con el jefe principal allá en Matamoros y presentarme", dijo Big Los, sentado en el estudio de su casa en McAllen, Texas, mientras armaba un porro. También pidió permiso para realizar un concierto y vivir allí. El jefe accedió, y después de eso, Big Los dijo que la vida en Matamoros fue "excelente".

    Pasó a filmar el que podría ser su video solista más popular para "Alto calibre", una epopeya de seis minutos y medio que haría orgulloso a Ron Isley, con escenas habladas por una madrina, o madame, y su establecimiento de trabajadoras sexuales rodeado de armas de alto calibre; y eso que quitó el verso ofensivo.

    Lee el reportaje completo en inglés aquí.