Una primaria en la CDMX quiso dejar sin clases a niños indígenas pero sus mamás no se dejaron

    Tras varias protestas en la Ciudad de México, las autoridades escolares acordaron con los padres de familia que sus hijos pudieran inscribirse en el turno vespertino.

    A un grupo de 60 niños otomíes se les negó el derecho a inscribirse en el turno vespertino de la primaria intercultural Alberto Correa, ubicada en la colonia Roma.

    Los menores son parte de la comunidad otomí que vive en esa zona de la Ciudad de México desde hace más de 25 años. Sin embargo, las autoridades de la escuela decidieron que para el ciclo escolar 2018-2019 cancelarían el turno vespertino y la institución se convertiría en una escuela de tiempo completo; es decir, de 8 a 16 horas.

    Para las madres y padres de familia de estos menores esta alternativa no era viable debido a que el turno completo implica que deben pagar 26 pesos extras por la comida diaria de los niños. Además, en esta modalidad ya no se iba a incluir las clases bilingües: en español y otomí.

    En la Ciudad de México habitan 123,224 personas que hablan una lengua indígena. El otomí es la tercera con mayor representación al ser el 10.2 por ciento.

    "No estamos de acuerdo con ese turno, porque tienes que pagar por la comida, más 50 pesos de natación y depende de qué más cosas te pidan", expresó Estela.

    Fue así que el 17 de agosto decidieron protestar en la esquina de Monterrey e Insurgentes y así exponer su caso. La primaria se ubica en la calle de Colima 291.

    Ante la nula respuesta de las autoridades, volvieron a salir a las calles el jueves por la mañana, esta vez afuera de la Oficina del Administrador de Servicios Educativos para la Ciudad de México, al sur de la capital.

    Todos los hijos de Paula habían estudiado en el horario vespertino de esa escuela, por eso le sorprendió enterarse que se había cerrado ese turno, y decidió que la opción más sencilla sería cambiar a su hijo a otra escuela vespertina, pero no contaba con la directora tampoco le permitiría esto.

    "No me quisieron dar los papeles (de mi hijo), me dijeron que yo tenía que seguir ahí pero la maestra no me va a obligar. Ella dice que nos van a dar una beca, pero no (nos) la van a entregar, se la van a quedar ahí en la escuela", dijo la mujer, quien para mantener a su familia vende dulces en la Zona Rosa.

    En la CDMX la población indígena es la más discriminada, superando las cifras que viven personas con VIH, discapacidad o población callejera, según el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED).

    Finalmente, tras realizar el mitin, Daniel Velasco González, Coordinador Sectorial de Educación Primaria recibió a una comitiva de 15 padres de familia y, tras tres horas de diálogo, decidieron que el lunes 27 de agosto el grupo de niños otomíes, quienes también asistieron a la protestas, sería inscrito en la primaria Alberto Correa, en el turno vespertino y con clases bilingües.

    "Sí se pudo ¡qué viva la comunidad otomí, los pueblos organizados y los niños otomies!", gritaron algunas personas mientras se leía la minuta del encuentro.