Esta es la historia de una niña trans que acaba de ser reconocida como mujer por el Gobierno mexicano

    Fer tiene 11 años y está luchando por derrumbar los prejuicios contra las personas trans.

    Fer no titubea al contar su historia:

    - Mi mamá me decía: "¿Qué tal que te dicen algo?". Ella estaba muy nerviosa pero a mí no me importaba que me dijeran, por ejemplo, "pero, ¿qué tú no eras niño?". Yo estaba así de: "Pero ahora soy así. ¿Quieres jugar conmigo? Bien, sino bye". Este cambio fue bueno para mí y mis papás.

    Fer tiene 11 años, le gustan los patines, la música electrónica, ver videos en Youtube y su película favorita es Miss Peregrine y Los Niños Peculiares. Es una niña común e inquieta pero cuando se trata de hablar de ella misma, adopta un rol de seriedad y profundidad.

    Fer es una niña trans que vive en el Estado de México. En noviembre de este año obtuvo su acta de nacimiento con la identidad de género -mujer- y el nombre que ella eligió.

    Ella, al igual que otras personas trans de México, forman parte de la historia de quienes están luchando desde sus trincheras por derrumbar los prejuicios y la discriminación que sufren las minorías.

    Un vestido

    La transición formal de Fer comenzó hace dos años. Sin embargo, ella tiene muy claro el recuerdo de ir caminando con su mamá por la calle a los 5 años, haber visto un vestido y pedirle que se lo comprara.

    - Me dijo: "Cuando seas grande te lo puedo comprar". Yo tenía una vinculación o un apego a las cosas de niña. Decía "¿me compras esa muñeca", y me respondían que mejor un carrito. Mis papás empezaron a preocuparse, fuimos con una psicóloga y me dijeron que yo tenía tendencias homosexuales pero mis papás no creyeron y estuvimos investigando.

    Mary, su mamá, ha estado oyendo en silencio a Fer durante la entrevista con BuzzFeed News México, y la interrumpe para aclarar que la transición de su hija en realidad comenzó desde pequeña. Pero fue una maestra de la primaria quien le dijo que Fer era una persona afligida.

    - (La maestra) me dijo: "Ha llorado conmigo y está muy angustiado porque dice que a él le gustan las cosas rosas, vestirse como niña y tener su pelo largo. Por favor, llévenla con una psicóloga", recuerda la madre de Fer.

    La psicóloga les aconsejo que le compraran todo lo que Fer pedía: ‘Todo lo que ella quiera cómprenselo, una muñeca, un lápiz rosa’.

    Un día, los papás de Fer vieron el programa de TV Diálogos en Confianza, que pasaba por Canal Once, en el cual trataron el tema de familias trans. "Por ahí se me hace que está Fer, vamos a localizar a terapeutas y vamos a llevarla’, dijo su papá.

    La psicóloga Lina Pérez Cerqueda tiene un grupo de apoyo que se llama Cuenta Conmigo, fueron y ella les explicó todo sobre las personas transgénero.

    Un camino largo

    La transición no ha sido sencilla. Fer, sus padres y su hermano han tenido que lidiar con la discriminación de sus propios vecinos y de las maestras de su anterior escuela.

    “Donde vivimos hay unas canchas enfrente y hay unos niños ahí que sí me vieron como niño, entonces mi mamá siempre que salgo a patinar con mis amigas me dice '¡que no te digan nada y si no me avisas!'. Pero a mi no me importa lo que me digan”, sostiene Fer.

    La perspectiva de su mamá, no obstante, ha sido más complicada. Para su esposo, asegura, ha sido un proceso de aceptación menos complicado.

    “Yo era muy agresiva porque la gente la veía. Me costó trabajo por la agresión que hay. Se le quedaban viendo, donde vivimos la conocieron como niño y entonces ahorita muchos vecinos nos dejaron de hablar. Me preocupa la discriminación que hay pero en la escuela ahorita no ha habido ningún problema, entra al baño de niñas”, dice.

    Fer está por terminar la primaria y el haber obtenido su nueva acta de nacimiento le va a permitir tener un registro oficial como mujer ante la SEP y un certificado escolar. Antes había asistido únicamente como oyente.

    En su actual escuela, las únicas que saben el contexto de Fer es su maestra y la directora. Así se lo decidieron las autoridades escolares para evitar conflictos con otras familias. Sus padres acuerdan que así la sexualidad de su hija se mantiene alejada de cuestionamientos y prejuicios. A diferencia de lo que les ocurrió en la anterior primaria.

    La mamá de Fer cuenta:

    - Hay muchos prejuicios porque piensan que son malas personas. Por ejemplo, en la otra escuela pública eran muy católicos y súper machistas. Inclusive la directora dijo que antes de hacer cualquier cosa teníamos que preguntarle a toda la comunidad, casi casi a todo el pueblo de aquí si aceptan que venga así vestida, y que si sufría alguna agresión iba por nuestra cuenta, que la escuela no se hacía cargo si la agredían. Mi esposo dijo que no.

    En otra primaria les habían ofrecido apoyo para que Fer llevara el uniforme femenino, entrara al baño y a la fila de las niñas pero la ayuda fue condicionada al escrutinio público así que cambiaron a su hija a otra escuela.

    Mary asegura que una parte fundamental de esta transición han sido los grupos de apoyo a los que asisten. Tienen que trasladarse a la Ciudad de México para acudir a las reuniones, que son en el Estado de México. Es un grupo pequeño, con poco tiempo y son pocas las personas que acuden.

    - Aquí la gente es muy católica, muy cerrada. Conocimos a un grupo de chicos trans y todos la han pasado muy mal porque sus papás no los aceptan. Aquí no hay grupos como en la Ciudad de México ni una clínica donde les den hormonas. Como no hay información sobre la transexualidad muchas veces dicen ‘soy homosexual, lesbiana o bisexual’ porque no saben. Esos chavos han sufrido mucho, dicen que han tenido infancias horribles porque no eran lo que querían ser.

    Esos mismos prejuicios son la razón por la que la familia de Fer ha pedido que no se divulgue el nombre de la comunidad en la que viven.

    El juicio

    En octubre de este año, Sophía, de 6 años, se convirtió en la primera niña mexicana en cambiar su identidad de género y acta de nacimiento por la vía administrativa. Pero el caso de Fer fue distinto pues ella sí tuvo que pasar por un juicio que le tomó un poco más de un año.

    La mamá de Fer cuenta:

    - El proceso depende del juez que te asignen. A nosotros el juez nos pidió muchas fotos, cartas de la familia, de vecinos, muchos papeles, los títulos de los terapeutas mucha documentación. Fue un gasto, es caro el juicio y tuvimos que pagarle al abogado. ¿Por qué dudan que una niña esté diciendo mentiras? El juez, yo pienso, tiene miedo porque es menor de edad: "¿Qué tal que a la mera hora ya no? El juez dudaba de nosotros. Decía: "¿Ustedes no influyeron en su decisión?”.

    Sin embargo, finalmente en noviembre de este año falló a favor de Fer y obtuvieron el acta de nacimiento de su hija en un juzgado de la Ciudad de México.

    Mary, no obstante, asegura que esto es apenas el comienzo de la transición de Fer y resalta la importancia de que los menores de edad transgénero reciban el apoyo de su familia: "Escuchen a sus hijos".

    Fer hoy sueña con ser diseñadora de modas, viajar por el mundo con sus amigas y asentarse en la Ciudad de México.

    La joven tiene unas palabras para los menores que estén pasando por un proceso de transición de género:

    - No es malo, no es una enfermedad. Que la gente no discrimine y acepte como es cada persona. Díganle a sus papás que esto no es raro. No piensen que los van a regañar. No se escondan, traten de platicarlo con sus papás y sean felices.