AMLO ni siquiera es Presidente y ya hay gente afuera de su oficina para pedirle trabajo

    La mayoría son adultos mayores que solicitan empleo pero también hay gente que va en busca de apoyo médico o a proponerle un proyecto de ley.

    Cuando Miriam Marín era trabajadora del hogar de una familia en Polanco tuvo un accidente mientras limpiaba el baño, se lastimó el cuello y en el hospital le ordenaron que tuviera reposo. Sus empleadores le dieron 1,500 pesos para su tratamiento pero se lo descontaron de su sueldo y después la despidieron.

    Esta mañana se encontraba formada afuera de las oficinas de Andrés Manuel López Obrador, en la Ciudad de México, para entregarle una carta en la que le solicita servicio médico para su hija que requiere un trasplante de riñón. Miriam ya no tiene trabajo y mucho menos un seguro médico.

    Es una escena que desde el 1 de julio se ha vuelto cotidiana afuera de la casa que se ubica en la esquina de Monterrey y San Luis Potosí, en la colonia Roma. Decenas de personas, adultos mayores en su mayoría, se forman a partir de la reja principal de la casa blanca con guinda con cartas o solicitudes de trabajo.

    El 48.9% de las secciones electorales con una población de 60 años o mayor, votó en 2018 por Andrés Manuel López Obrador. Esto representa un incremento de 30% respecto a la votación de 2012, en un análisis elaborado por BuzzFeed News México.

    Desde temprano se puede ver a las personas llegar con papeles bajo el brazo y tomando un lugar en la fila de espera que se forma frente a la oficina. AMLO, ni siquiera está en estos días en su oficina y un grupo de cuatro personas sale de la oficina de Morena para atender a los ciudadanos.

    “Venir aquí es una esperanza más, porque para mi es muy triste como madre ver a mi hija, porque no nos alcanza para mandarle dinero. Teníamos la esperanza de que hubiera un cambio, he ido a su campaña aquí (en la CDMX)”, afirma Miriam, quien es originaria de Coscomatepec, Veracruz, pero radica en el Valle de las Monjas, cerca de Santa Fe.

    María Rosenda De la Cruz es otra de las personas que se encuentra formada en esta banqueta, es el segundo día que viene después de haber viajado desde los Altos de Chiapas para entregarle a López Obrador un proyecto que busca la protección de sus idiomas.

    “Espero que haga un cambio para nuestras culturas porque los otros presidentes no nos toman en cuenta, ojalá que ahora sí lo hagan”.

    Humberto es un hombre de 63 años que asegura tener bastante experiencia en la asignación de presupuestos, sólo que por su edad no ha encontrado trabajo. Ha votado por López Obrador las tres elecciones presidenciales en las que se ha postulado. Tras entregar su currículum se dijo contento del trato que le dieron.

    César López viajó de Villahermosa, Tabasco, a la CDMX por el mismo motivo de Humberto. Está en busca de un trabajo como abogado.

    “Vengo lleno de ilusión y esperanza”, dice antes de que una mujer le reciba sus documentos.

    Sin embargo, una mujer que salió de la oficina les aseguró que por atención les recibiría todos sus documentos a cada persona formada pero que no se estaba prometiendo nada.

    "No es una bolsa de trabajo", dijo.