6 Historias de feminicidios contadas por sus madres y hermanas

    Tras conocerse en protestas o por Facebook, estas mujeres comparten la lucha de exigir justicia por las mexicanas asesinadas.

    Estas son algunas de las historias de madres y hermanas de mujeres asesinadas que se conocieron en protestas, ministerios públicos o en páginas de Facebook por tener un feminicidio en la familia. Entre ellas se hablan sobre el dolor de perder a alguien y sobre lo que han hecho para encontrar respuestas que las autoridades no les han dado.

    Por buscar justicia han sido perseguidas, algunas madres buscan asilo en otros países, a otras les han matado a más hijos en represalia y unas simplemente no encuentran los restos de sus hijas.

    Estas son sus historias.

    Juanita Benitez Vega, hermana de Verónica Guadalupe Benitez Vega

    Verónica tenía seis meses de haberse casado, una bebé de tres meses y era estudiante de Bioquímica de la FES Cuautitlán. Tenía 21 años cuando fue asesinada en julio de 2017.

    Juanita recibió una llamada, en la que le avisaban que a su hermana la estaba golpeando su marido y a pesar de que llegó en menos de 5 minutos, encontró a Verónica tirada y cubierta con una sábana blanca en un camino de terracería en el Estado de México. En ese lugar también estaba su suegra, pero no quiso decir lo que había pasado.

    Verónica falleció a causa de traumatismo craneoencefálico, aunque también tenía 17 puñaladas en los senos; el arma se le quedó atorada en la clavícula y en sus uñas encontraron restos de cabello y piel. Testigos vieron que su esposo, Luis Ángel, y su suegra la estaban golpeando. La familia de la joven sospechaba que el sujeto la maltrataba porque a Verónica ya la habían visto golpeada días antes de su feminicidio, ella nunca quiso decir nada.

    A pesar de que el esposo está vinculado a proceso por este crimen, la familia Benitez Vega ha recibido amenazas y burlas de los allegados al detenido y ha tenido que vivir un proceso tormentoso por parte de las autoridades mexiquenses.

    Rosa María Cruz Carpio, mamá de Perla Alondra Bolaños

    En julio de 2014 a Rosa le llamó su yerno para avisarle que fuera a la casa porque su hija se "había ido con otra persona y había dejado a su bebé". Cuando la mujer llegó Perla Alondra y su nieta de 8 meses ya no estaban. Los hechos ocurrieron en el Estado de México.

    "Algo le hiciste a mi hija, ¿se pelearon o qué?", le preguntó al sujeto, quien lo negó todo y mantuvo la versión de que Perla Alondra se había ido con alguien más. A la bebé la encontró el DIF del Estado de México abandonada y con signos de abuso sexual.

    Perla Alondra, hasta la fecha, sigue desaparecida y aunque la menor, actualmente de 4 años, está bajo custodia de su abuela, nunca se investigó el abuso que sufrió. El presunto responsable está libre.

    "Nadie más que él sabe que le pasó a mi hija, yo los dejé a los tres juntos (Perla, su esposo y su bebé). Las autoridades dicen que no hay pruebas para agarrarlo", expresó.

    Mayra González hermana de Gloria Sintia Saldaña

    Gloria desapareció en Puebla en agosto de 2016 y tras un año de buscarla, su hermana dio con su cuerpo en Hidalgo. Mayra está segura de que si las autoridades la hubieran escuchado, hoy Gloria estaría viva pues durante tres meses estuvo privada de la libertad.

    "(Los familiares) nos convertimos en detectives y policías porque las autoridades no hacen nada, no hay un protocolo homologado de búsqueda de víctimas. Sólo quienes lo vivimos lo podemos sentir. Nadie más se puede poner en nuestro lugar", sostuvo.

    A la fecha no saben quienes la privaron de su libertad ni quienes la asesinaron. Si la familia no hubiera contratado por su propia cuenta a una antropóloga forense jamás se habrían enterado que a Gloria le dieron dos balazos en la cabeza. Fue apenas en enero de 2018 que les entregaron su cuerpo para poder darle sepultura.

    Yesenia Zamudio, mamá de María de Jesús Jaime Zamudio

    A María de Jesús la aventaron de un quinto piso del departamento en el que vivía cerca del IPN campus Ticomán, donde estudiaba Ingeniería Petrolera. Murió el 24 de enero de 2016 a los 19 años, tras estar varios días en coma. Una vecina vio a la joven discutiendo con Julio Iván Ruiz, de 29 años y quien era su maestro y con un compañero llamado Gabriel Galván.

    A pesar de que dijeron que había sido un suicidio, ni los dos sujetos presuntamente involucrados ni las roomies de María quisieron darle a los paramédicos la identidad de la joven, quien quedó tendida en la unidad habitacional. La joven fue ingresada a un hospital en calidad de desconocida y sus padres tuvieron que buscarla en decenas de centros por toda la CDMX.

    A la fecha no hay detenidos por el feminicidio de su hija.

    "Me han amenazado los mismo estudiantes del Politécnico, haciendo alusión a que ellos son cómplices. Se burlan de mi, de mi dolor y de mi hija. Ya muerta mi hija crearon una página donde hay fotos de ella y de otras compañeras para prostituirlas", contó su madre, quien la recordó como una joven fuerte y que no se dejaba acosar.

    Lorena Gutiérrez Rangel, mamá de Fátima Quintana

    Todos los días, Fátima caminaba de la secundaria a su casa en la carretera Naucalpan-Toluca en el Estado de México, hasta que un día de 2015 tres hombres la mataron. La menor tenía 12 años.

    En un inicio a su madre le dijeron que la adolescente había muerto por traumatismo craneoencefálico provocado con piedras pero después detallaron que a Fátima la violaron, apuñalaron 90 veces, le fracturaron los tobillos y las muñecas, le dislocaron un hombro, perdió todos los dientes y le sacaron un ojo.

    Fue Lorena y su esposo quienes entregaron a la justicia a los presuntos responsables, después de que las autoridades les hicieron creer que su hija podría haber sido víctima del Cartel Jalisco Nueva Generación. Actualmente, toda esta familia, compuesta por 12 personas, se desplazó a un estado de la frontera norte del país en busca de asilo, pues ha sido perseguida por exigir justicia.

    "Yo no me quiero sin otro de mis hijos o mis nietos. Estoy pidiendo refugio, somos desplazados del Estado de México. Nosotros no tenemos por qué estar viviendo como prisioneros dentro de nuestro propio país, un país que da refugio a otras personas. Yo no sabía que en México no existía la justicia". expresó.

    Magdalena Velarde, mamá de Fernanda Sánchez Velarde

    Fernanda fue asesinada en 2014 en Cuautitlán Izcalli. Su muerte fue calificada por un ministerio público del Estado de México como un homicidio y luego con un lápiz corrigieron la causa de muerte a suicidio. La mujer tenía 18 años, era madre de un niño de un año y estaba embarazada de cuatro meses.

    Magda señala al yerno como el responsable de haber golpeado a su hija hasta matarla para después colgarla y cortarla de las venas. Además, reclama que la custodia de su nieto no se la otorgaran a ella sino al presunto feminicida de Fernanda.

    La tragedia de esta mujer se extendió cuando meses después de este crimen, desconocidos levantaron a sus otros dos hijos, los torturaron y asesinaron.

    Ahora, la mujer tiene cuatro nietos huérfanos y está segura de que los asesinatos de sus dos hijos fueron una represalia contra ella y su familia por haber exigido justicia por el feminicidio de Fernanda.

    "Yo sospecho que por estar buscando justicia a mi me quisieron callar, me dijeron 'mira, lo que le hacemos a tus hijos y si sigues pidiendo justicia esto es lo que te vamos a hacer a ti pero ¡no me van a callar porque es lo que se merecen mis hijos y nietos!", expresó entre lágrimas.

    En lo que va de este año, 950 mexicanas han sido víctimas de feminicidio, según datos del Mapa de Feminicidios. Así que con el propósito de exigir un alto a esta ola de crímenes de género, estas mujeres junto a las activistas Sandra Soto y María Salguero convocaron al Primer Encuentro Nacional de Víctimas y Huérfanos por Feminicidio el 20 de junio.

    Al evento que se celebrará en el Teatro Carlos Pellicer, de Xochimilco, asistirán los hijos de las mujeres asesinadas y esperan que las autoridades también se presenten y se comprometan a garantizar una vida digna y segura a los menores y a los familiares que perdieron a una de sus integrantes.

    “Estamos hartas de que estén matando a nuestras hijas”: Yesenia Zamudio Video @chinampa