La jubilación de los demonios: ¿Por qué ya no asustan las películas de terror?

Mi yo de 10 años no se imagina que ahora las películas de terror me dan risa

Los demonios, monstruos y fantasmas debajo de la cama o dentro del clóset ahora se consideran una invasión a la privacidad más que un intento de posesión

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Hace 50 años, el silencio, la oscuridad y hasta el sonido del reloj eran suficientes para crear un ambiente tétrico y ponernos en estado de alerta ante cualquier paso, susurro o sensación que nos revelara la presencia de un ente maligno.

Películas como 'El exorcista' (1973), 'El exorcismo de Emily Rose' (2005) y 'La noche del demonio' (2010) hicieron que la idea de la vulnerabilidad humana frente a la posesión satánica se volviera un miedo real. Uno que nos volvería paranoicos y nos haría buscar formas de protección, solo por si acaso. 

Sin embargo, en pleno 2023 pareciera que ese tipo de terror quedó en el pasado. Y sí, mientras que para algunos se considera ✨aesthetic✨, a otros les genera ✨cringe✨

Qué oso con los demonios queriendo llamar la atención

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La conclusión de la saga 'La noche del demonio' este año con 'La puerta roja' fue una prueba más de que el cine de terror actual ya es obsoleto: Otra vez el protagonista tiene a un demonio tras su espalda y no le queda de otra que viajar a la dimensión astral para exorcizarlo.

Justo como las cuatro películas anteriores. 

Aunque los efectos de sonido, las secuencias de suspenso, la visión unidireccional y los sustos repentinos son recursos demasiado gastados, lo cierto es que el desinterés por las películas de terror tienen más que ver con la construcción del argumento narrativo y las formas de contar la historia. 

Lo que antes era un tabú ahora es entretenimiento

Youtube

Ver videos de terror era algo que solo los más valientes hacían.  El clásico juego del 'Laberinto', que busca atraer la atención y concentración del usuario para darle un mini infarto, es un ejemplo de lo que las películas buscan recrear.

Antes y ahora, si un buen video o historia de terror llega a ser exitosa es seguro que las casas cinematográficas aprovecharán y la llevarán a la pantalla. Un ejemplo de esto son las películas de 'Actividad Paranormal' (2007), 'El conjuro' (2013) o las historias "basada en hechos reales". 

Y es que pareciera que todas las películas siguen un mismo patrón: un ente maligno aparece en la vida de las personas y la trama gira en torno a exorcizarlo

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No es que la idea de lo demonios sea mala. Hay toda una bibliografía de monstruos que tienen potencial para darnos un infarto. Lo cansado es tener que ver la misma dinámica en la que solo existe la dicotomía del bien y el mal, los personajes tienen un arquetipo específico y las escenas de terror son predecibles. 

En serio, es obvio cuando el demonio está a punto de salir en pantalla.

Pareciera que las películas de terror no pueden escapar de estos clichés absurdos.

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La casa maldita, el bosque encantado, el muñeco poseído, la ouija, la excursión con amigxs que termina mal, la familia con un pasado oscuro, niños perturbadores y fantasmas vengativos. 

Todo eso ya lo hemos visto innumerables veces. 

Y esto no quiere decir que ya no tengamos miedo, sino que ahora nos asustan otras cosas

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Los impuestos, por ejemplo, pero también la perspectiva de un futuro incierto, las crisis existenciales, las dinámicas familiares, los vínculos personales y la confrontación del trauma. 

En la actualidad, un video de terror en TikTok solo necesita que le cambien el audio para convertirse en una parodia. El clásico 'jumpscare' dejó de tener sentido si de fondo escuchas 'Baby' de Justin Bieber o 'La Chona' de Los Tucanes de Tijuana. 

No obstante, las cosas cambian cuando a quienes nos estamos enfrentando es a nosotros mismos, a nuestras culpas y a ese lado negativo que queremos esconder.

No me da miedo un demonio, me da miedo mi propia mente

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En 'Mother!' (2017) la historia que comenzó de forma lenta culmina con una serie de eventos abrumadores que juegan con la sensibilidad del espectador y producen angustia y desesperación. (Yo no vería esa película dos veces).

'Hereditary' (2018) y 'Midsommar' (2019) abordan la idea de la pérdida y el duelo, pero desde dos perspectivas diferentes. En la primera, sí hay una posesión satánica, pero no es el punto principal de la trama sino la dinámica familiar de los personajes. Y en la segunda, es el contexto social del culto lo que genera incomodidad, desagrado e inquietud en los espectadores. 

Otras películas como 'Get out' (2017), 'La bruja' (2015) y 'Huesera' (2022) han hecho un gran trabajo al jugar con la vulnerabilidad del público al tomar como conflicto principal temas con los que todos nos sentimos identificados: la traición, el rechazo social y la maternidad. 

Los demonios volverán a trabajar... algún día

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Es cierto que el exceso de esto recursos tanto narrativos como técnicos se han vuelto predecibles, pero no son malos siempre que tengan coherencia en las historias. 'Hereditary' y 'Talk to Me' (2023) son un gran ejemplo de ello. 

Las tendencias son cíclicas y quizás en algunos años las historias de demonios, fantasmas y monstruos nos vuelvan a dar pavor y nos hagan querer escondernos bajo una cobija. Pero por ahora, quienes están ganando la batalla de asustar a los humanos son nuestros propios demonios.