9 Mitos sobre el vino que ya podrías dejar de creer

¿El vino debe servirse frío? Sí o no.

Nos pusimos en contacto con tres sommeliers para intentar resolver toda la confusión en torno al vino y nos revelaron nueve mitos comunes que es hora de dejar de creer.

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Ellos son nuestros expertos: Arvid Rosengren es el director de vinos de Legacy Records de Nueva York. En 2016, ganó el Concurso al mejor sommelier del mundo (Nada más).

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Jordan Salcito es somellier y directora de proyectos especiales de vino en Momofuku. También es la fundadora de RAMONA y Bellus Wines.

Tom Newton

Y Dustin Wilson es un maestro sommelier y dueño de Verve Wine. Si alguna vez has visto la serie de películas de Netflix "Somm", probablemente lo reconocerás.

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Ahora, vamos con los mitos:

1. MITO: el vino blanco debe servirse frío como el hielo.

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LA REALIDAD: probablemente hayas escuchado la idea de que el vino tinto debe servirse a temperatura ambiente, mientras que el vino blanco debe servirse frío. Sin embargo, en realidad, si los vinos son buenos, se obtienen los mejores resultados si se sirven, tanto los tintos como los blancos, entre helado y temperatura ambiente, dice Rosengren.

Si el vino blanco se sirve demasiado frío, no podrás probar los matices de su sabor, y si el vino tinto se sirve demasiado cerca de la temperatura ambiente, podría tener un sabor plano. ."Cuando tengas dudas, enfría tu vino", dice Rosengren, pero ten cuidado de que no quede demasiado frío.

2. MITO: acompaña el vino tinto con carne y el vino blanco con pescado.

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LA REALIDAD: aunque esta es una regla general segura, hay muchas excepciones. En cuanto al pescado, se puede "acompañar con tintos más claros y con taninos bajos como el Beaujolais, el Trousseau o el Poulsard del Jura, o el Schiava del norte de Italia", aconseja Wilson. Lo mismo se aplica a la carne.

Mientras que un filete graso y jugoso se vería dominado por un vino sabroso y de cuerpo ligero como Sancerre, hay ciertos blancos que pueden soportar la carne.

"Necesitas algo que sea lo suficientemente atrevido como para resistir el sabor de la carne que comes", dice Wilson. "Como un gran Chardonnay o tal vez un Rhone Valley blanco y ya estás".

3. MITO: los vinos con tapón de rosca son horribles.

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LA REALIDAD: antes, los vinos con tapón de rosca se consideraban baratos o de menor calidad que los vinos sellados con corcho. Pero hoy en día, la distinción entre botellas de corcho y las de con tapón de rosca se ha vuelto mucho menos clara.

Gracias a la nueva tecnología, los tapones de rosca pueden ser mucho más confiables que los tapones de corcho, cuya capacidad para evitar la oxidación dentro de la botella varía.

"Claro, la mayor parte del vino lujoso del mundo se embotella con corcho, pero eso tiene más que ver con la percepción", dice Rosengren. "Para casi cualquier cosa que se quiera tomar en un año o dos después de embotellarse, el tapón de rosca es muy bueno", asegura.

4. MITO: el Chardonnay es siempre "mantequilloso" e intensos.

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LA REALIDAD: el Chardonnay tiene una mala reputación porque la gente supone que esta variedad es siempre grande, intensa y como "mantequillosa". Pero la verdad, de acuerdo con Salcito, es que "Chardonnay es en realidad una uva increíblemente neutra que obtiene su sabor de la tierra en la que crece y del estilo utilizado por el enólogo".

Para encontrar Chardonnays que no sean intensos y con esa consistencia en, busca botellas de una región de clima fresco en California como Santa Bárbara o la región de Chablis en Borgoña.

"Los vinos de toda la región de Chablis son vivos, cítricos y con sabor a limón fresco y conchas de mar trituradas", dice Salcito.

5. MITO: el champagne debe servirse en copas.

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LA REALIDAD: claro, a la gente le gusta tomar champagne en copas por esa sensación elegante, pero si abres una botella de champagne para tus invitados y no tienes copas a la mano, no le estás faltando el respeto a este tipo de vino.

La elaboración del champagne lleva mucho tiempo, y a lo largo del proceso el vino espumoso desarrolla sabores y aromas complejos como mantequilla, pan tostado, cereza blanca, e incluso un cierto sabor a nuez.

Según Rosengren, se puede servir champagne en una copa, pero "si el vino es lo suficientemente decente, una copa más ancha expresará mejor esos aromas".

6. MITO: el vino blanco no contiene sulfitos.

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LA REALIDAD: Salcito dice que frecuentemente escucha a la gente decir que solo toman vino blanco porque son alérgicos a los sulfitos. Sin embargo, en realidad los vinos blancos contienen más dióxido de azufre añadido que los tintos. Los sulfitos se producen de forma natural durante el proceso de fermentación, por lo que todos los vinos (tintos, blancos y rosados) contienen algún nivel de estos.

Habiendo dicho esto, la cantidad de sulfitos en cualquier botella de vino es en realidad bastante pequeña. Existen más sulfitos en alimentos comunes como los huevos, pasas e incluso la catsup. "Si tomas un vino elaborado decentemente, contendrá menos sulfitos que la mayoría de los condimentos que compras todos los días", explica Wilson.

Si te preocupan los sulfitos, Salcito sugiere tomar vinos orgánicos, que generalmente contienen niveles muy bajos.

7. MITO: todo el vino está destinado a la crianza.

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LA REALIDAD: si bien sería prudente añejar una gran cosecha 2007 de Cabernet Sauvignon del Valle de Napa, no todos los vinos están destinados a envejecer. "Todos los vinos tienen diferentes ciclos de vida", explica Salcito, que dependen de varios factores como el suelo en el que se cultiva, la calidad de las uvas cosechadas en un determinado año, y las técnicas y decisiones que utiliza un enólogo durante el proceso de elaboración del vino.

"Muchos rosados, por ejemplo, están destinados a consumirse en una temporada, mientras que los vinos tintos de calidad pueden mejorar durante décadas", dice Salcito. ¿Cómo saber cuándo hay que tomar un vino joven y cuándo guardarlo en la bodega?

Salcito sugiere leer sobre el vino antes de comprarlo o consultar tu tienda de confianza o sommelier para que te de el mejor consejo.

8. MITO: los vinos naturales no causan cruda.

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LA REALIDAD: si tomas mucho vino (vinos naturales incluidos), probablemente tendrás cruda. Los vinos naturales siguen teniendo alcohol, y "el alcohol es normalmente lo que te hace sentir mal después de tomarlo, no los taninos ni, una vez más, los sulfitos", dice Wilson. Si tienes dolores de cabeza por tomar vino, checa el contenido de alcohol.

Los vinos con un mayor volumen de alcohol tienen más probabilidades de provocar cruda. "Así como tomar una botella de Coors light (4,2 % de alcohol en volumen) no es lo mismo que tomar una botella de Dogfish Head 90 Minute IPA (9 % de alcohol en volumen), un pequeño cambio en el contenido de alcohol de un vino puede influir enormemente en cómo te sientes", añade.

9. MITO: los vinos dulces deben acompañar a los postres.

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LA REALIDAD: en general, los vinos dulces están pensados para tomarse con el postre, pero hay que pensar en todo un espectro de dulzura. Según Wilson, "hay una serie de vinos que tienen un toque de dulce, pero que no son dulces a la altura de los postres".

Para estos vinos, sugiere estar atento a los vinos alemanes que tienen "Kabinett" en la botella, Rieslings con la etiqueta "Spatlese" o algunos vinos blancos de Vouvray en el Valle del Loira francés.

Este post fue traducido del inglés.