El dilema es este: los caballos no deberían ser sometidos a ese tipo de labor, pero si se prohiben las calandrias ¿qué pasará con el trabajo de esas 55 personas?
Afortunadamente, el gobierno de Jalisco, encontró por fin una solución al problema: calandrias eléctricas.
Ingenieros locales, en colaboración con los calandrieros, trabajaron en su creación durante casi un año.
Las nuevas calandrias conservan la imagen tradicional de las originales, pero con un motor eléctrico.
No generan emisiones, pueden circular hasta a 25 km/h y darles servicio es más económico que con un coche normal.
¿Y los caballos? ¿Qué va a pasar con ellos?
Los 110 caballos son propiedad de los calandrieros, el gobierno acordó no venderlos.