1.
Rogaste muchísimo por tenerlo porque, para ti, era algo súper del futuro.
2.
Te sabías el comercial completito: "La auténtica mascota virtual es de Bandai".
3.
Al principio, tu Tamagotchi era una simple bolita.
4.
Que la mayor parte del tiempo sólo se la pasaba saltando por la pantalla.
5.
Hasta que entendiste que tenías que darle de comer, bañarlo y jugar con él.
6.
Todo iba bien hasta que se dormía justo cuando más tenías ganas de jugar. Ash.
7.
Tu Tamagotchi era capaz de dormirse donde fuera (incluso al lado de su propia caca).
8.
Varias veces lo llevaste a escondidas a la escuela porque sentías feo dejarlo solito.
9.
Obviamente, te pidió de comer a media clase y te lo quitó la maestra. :(
10.
Cuando lograste que evolucionara, te emocionaste mucho, aunque solo le hubiera salido un piquito.
11.
Aunque, algunas veces lo cuidaste tan bien que se convirtió en algo muy chido.
12.
La verdad, es que se te murió un chingo de veces.
13.
Porque se moría por cualquier cosa: ¡por comer poco, por comer mucho...!
14.
Pero te convertiste en un maestr@ cuando se trataba de revivirlo.
15.
Si tuviste suerte, lograste armarte una colección de ellos.
16.
Si no tuviste tanta, tal vez te compraron uno que era "lo mismo, pero más barato", e igual estaba padre.
17.
Lo cierto es que tu Tamagotchi te enseñó mucho sobre responsabilidad.
18.
Y, aunque te hizo pasar momentos muy rudos, siempre vivirá en tu corazoncito noventero.
