Mexicali abre el primer espacio seguro para inyectarse drogas de Latinoamérica

    Con esto se busca reducir las muertes por sobredosis en la frontera de México y EU y ofrecer espacios limpios a los adictos de heroína y cristal. La fase piloto es sólo para mujeres.

    Mexicali acaba de abrir la primer sala de consumo seguro para adictos a los opiáceos de Latinoamérica.

    Siguiendo los pasos de ciudades como Vancouver, Copenhague y Seattle, la asociación civil Verter decidió crear esta sala en el centro de Mexicali para evitar las muertes por sobredosis, mejorar la vida de la comunidad y evitar los llamados picaderos.

    “Lo teníamos que hacer porque lo hacen en la comunidad, en nuestros barrios, en las calles, entre los carros, en picaderos, en la banqueta, entonces ha habido casos fatales o de lesiones graves en el cuello o las venas, vimos que era una necesidad de la población”, dijo Said Slim, coordinador de Verter, organización que también trabaja en la prevención del VIH-Sida.

    El proyecto se encuentra en fase de prueba y durante los tres primeros meses será únicamente para mujeres para "protegerlas por su condición de vulnerabilidad en las calles", según Lourdes Angulo, directora de Verter.

    La sala cuenta con espacio para 30 personas al día, jeringas nuevas, agua destilada, toallas, contenedor, espejos, charolas, iluminación, sistema para revisar la potencia del fentanilo, cubículos separados, dosis de naloxona, que es usada para prevenir sobredosis, un tanque de oxígeno, área de aseo y estancia, así como un supervisor.

    Según, Said Slim en Mexicali hay entre 2,500 y 5 mil personas que se inyectan drogas, la más utilizada es el cristal. Asegura que en Tijuana y Ciudad Juárez es lo doble. Sin embargo, señala que las cifras sólo son acercamientos teóricos sobre el consumo de drogas inyectadas en México. La última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco que realizó la Secretaría de Salud asegura que en nuestro país hay 109 mil personas de 12 a 65 años que han utilizado drogas inyectadas.

    Los servicios de la sala de consumo son gratuitos y los usuarios deben traer su dosis de acuerdo a lo permitido legalmente. Tampoco se permite el intercambio de dosis ni la venta.

    “No hay ningún impedimento (legal), más que tener tu permiso de Protección Civil, una persona capacitada en primeros auxilios, personal médico responsable. Mientras no ingresen una dosis mayor a la permitida por la Constitución no estamos incumpliendo ningún delito”, añadió.

    La gente que asista puede estar hasta media hora en el cubículo y otra media hora en una sala de descanso, hay un registro clínico, se les toma el pulso, se les pregunta si han estado en reclusión, si consumen otras sustancias, y deben dejar sus pertenencias en un casillero para pasar con el supervisor que lo llevará a la sala. Las personas de cualquier nacionalidad pueden hacer uso de este lugar siempre y cuando sean mayores de edad.

    “Queremos evitar que las inyecciones se den en lugares públicos, donde no pueden dejar el equipo de inyección en un depósito, que no tengan acciones fatales cuando se inyectan en la calle. Evitar el problema con la Policía, que estén persiguiendo a las personas en los picaderos, que la comunidad sienta un entorno más controlado en cuanto al consumo de drogas. Que se respeten los derechos humanos”, dijo.

    La sala de consumo supervisado se encuentra en el Centro Comunitario La Estación de Mexicali, a 15 minutos en auto de la frontera con Estados Unidos, donde la adicción a los opiáceos es considerada una epidemia que cobra cerca de 33 mil vidas al año.

    Leo Beletsky, profesor de la Universidad de San Diego, celebró la apertura de esa sala en México, al que llamó uno de los países con mayor ingreso de drogas.

    It's OFFICIAL: Mexicali is the site of Mexico's first supervised consumption facility. Also a first facility anywhere outside of upper income country setting 💪🏾 This pilot site will be open only to women. More info to come https://t.co/1I9CTaLL0K