Esta familia busca al asesino de su hija en la zona más violenta de Michoacán

    Brenda fue asesinada en Parácuaro dentro de su propia casa y frente a su hijo; ahora sus padres deben convivir con la familia del asesino que se encuentra prófugo.

    PARÁCUARO, MICHOACÁN.- Ramón Medina ha cavado gran parte de las tumbas del panteón de Parácuaro menos la de su propia hija.

    Durante las horas posteriores al feminicidio de Brenda, estuvo en Apatzingán rindiendo declaraciones y esperando a que el Servicio Médico Forense le entregara el cuerpo de su hija mayor. Fueron sus compañeros de trabajo quienes prepararon el espacio para enterrarla en el cementerio municipal.

    “Nunca pensé que me tocaría a mí, y yo he abierto hoyos para la mayoría de la gente en este panteón”, expresa abatido Ramón, quien tiene 39 años y maneja un tractor del ayuntamiento. Desde marzo de 2018 han sido contadas las veces que ha vuelto a la tumba de Brenda. Ni siquiera ha tenido ánimo para terminarla.

    El duelo de Susana Medina, madre de Brenda, ha sido distinto. Todas las semanas la mujer de 45 años se va sola en su motoneta y, una vez que termina su jornada como cocinera del comedor comunitario, conduce hasta donde descansan los restos de su hija.

    “Todavía me duele mucho”, dice antes de romper en llanto.

    "El amor mata despacio"

    Brenda tenía 18 años y un hijo de tres cuando fue asesinada el 17 de marzo de 2018. Ocho días antes de su feminicidio terminó con su novio tras cuatro años de relación e intentó recuperar su libertad; salía con sus amistades a bañarse en las acequias, paseaba en los parques del pueblo y cuidaba a su niño, a quien ella y el resto de Parácuaro lo conocen como Cheché.

    Ramón cuenta que Brenda y Germán Mancilla Soria tenían una relación violenta, pues él no le permitía salir a ningún lado a menos que fuera con la familia, así que Brenda lo dejó y le pidió que se fuera de la casa en la que vivían con su hijo; una pequeña construcción de madera con dos cuartos, un baño y un patio en el que todavía yace un triciclo.

    "Yo pienso que no era feliz y nada más estaba por el compromiso del bebé que tenían", recuerda su padre, quien describe a Brenda como una joven alegre que disfrutaba de visitar a sus hermanas y estaba en búsqueda de trabajo para mantener a su hijo.

    En uno de los pilares de la casa que Ramón les ayudó a construir desde 2014 resalta una frase en inglés escrita con lápiz: “Love Kills Slowly” (El Amor Mata Despacio).

    En el pequeño inmueble todavía hay una veladora y un ramo de flores marchitas justo en donde encontraron el cuerpo de Brenda. En la entrada destaca un rosal amarillo, que coincide por su color con la cinta que la policía colocó alrededor del inmueble y de la que aún quedan restos.

    “Por ahí se metió el cabrón”, afirma Ramón mientras señala a una ventana que tiene la casa en la pared que daba a la cocina.

    La madrugada del 19 de marzo, Germán ingresó al domicilio y asesinó a Brenda con un arma blanca. Todo ocurrió en presencia del menor, quien suele recordarle a sus abuelos que su padre salió por debajo de la cama y le "pegó" a su madre en el estómago con un cuchillo.

    La versión que cuentan los padres de Brenda es que el sujeto de 25 años, tras asesinarla, tomó a su hijo y se fue con su familia, que vive a dos casas de donde ocurrió el crimen. La madre de Germán fue quien le llamó a Susana para decirle que “Germán había llegado con las manos ensangrentadas y el niño en brazos” y que lo mejor era que fueran a verificarlo.

    Cuando Ramón y Susana llegaron, Brenda ya estaba muerta. La suegra de la joven les entregó a Cheché y desde entonces no han hablado con ellos. Para ese momento, Germán ya había huido del pueblo, presuntamente con ayuda de sus propios parientes.

    A Parácuaro nadie entra o sale sin ser vistos

    Parácuaro se ubica en la zona de Tierra Caliente, Michoacán, entre Apatzingán y Nueva Italia. Cuenta con 26,789 habitantes, según datos del INEGI, y la cabecera municipal de Parácuaro es habitada por 3,932 personas. La agricultura es el principal ingreso de este municipio y el 83.4 por ciento de la población vive en condiciones de pobreza.

    El estado de Michoacán ha registrado 319 feminicidios en los últimos 3 años y es el séptimo estado del país con más crímenes de este tipo, según datos del Mapa de Feminicidios de la activista María Salguero.

    Casi toda la gente que ahí habita supo de la muerte de Brenda y cuando fue el velorio, en la casa de sus padres, casi todo el pueblo asistió y le dejó veladoras a la familia.

    Brenda falleció por desangramiento. Por eso, el coraje de Ramón es evidente mientras narra el dolor de acordarse que nadie ayudó a su hija.

    Actualmente, Germán tiene una orden de aprehensión por homicidio pero se encuentra prófugo y, según los Medina, ninguna autoridad lo está buscando. Tampoco han hallado el arma con el que su hija fue asesinada.

    A Parácuaro nadie entra o sale sin ser revisado por personas que se identifican como policías ministeriales y la charla común entre vecinos es la presencia de personas armadas en camionetas. El pueblo es famoso por ser la tierra que vio nacer a Juan Gabriel, pero también por ser uno de los bastiones del cartel de Los Caballeros Templarios.

    En enero de este año, la prensa de Michoacán reportó un enfrentamiento armado de 15 minutos entre grupos rivales que disputan el territorio. En mayo, usuarios de redes sociales publicaron fotografías de un nuevo tiroteo, y los primeros días de junio la base de la policía estatal fue atacada a disparos. Apenas en julio, Estados Unidos emitió una alerta a sus ciudadanos para no viajar a Michoacán por su peligrosidad.

    Rodeados por la ola de violencia de Tierra Caliente, los Medina tienen que convivir, además, con la familia del presunto feminicida todos los días, cuando se la encuentran en alguna parte de Parácuaro, y vivir con el temor de que les pase algo a sus otras dos hijas o a su nieto.

    Los vecinos le sugirieron a Ramón que expulsara del pueblo a la familia del asesino, pero se negó porque lo único que desea es que las autoridades encarcelen a quien asesinó a su hija, y le sea otorgada la custodia total de su nieto.

    "Estamos buscando por la vía legal, queremos que investiguen también a su familia porque lo ayudaron a escapar", expresa.

    Familiares le aconsejaron a Sandra y Ramón que subieran a las redes sociales el caso de Brenda, porque habían visto en las noticias que una mujer dio con el asesino de su hermana a través de Facebook. Se trata de Sandra Soto, la activista detrás de la página de Los Machos Nos Matan en México. Fue Sandra quien los invitó al Primer Encuentro Nacional de Huérfanos y Víctimas por Feminicidios, celebrado en la Ciudad de México en junio pasado, y donde pudieron exponer su caso y conocer a otros familiares de víctimas.

    "Las redes sociales nos han ayudado bastante, hemos subido fotografías del hechor y tenemos fe en que por medio de las redes se pueda encontrar a esta persona" añade Ramón. Por su parte, Susana ya perdió la esperanza de que las autoridades hagan algo, siente que el tiempo pasa y nadie les ha dado respuesta.

    "No hay día que no nos acordemos de ella. Esto es bien difícil y doloroso, porque seguimos en el mismo lugar y todo nos recuerda a ella", señala Susana.

    Ramón afirma que en la Instancia de la Mujer de Parácuaro les ofrecieron atención psicológica, pero el único contacto actual que los Medina tienen con las autoridades es a través de mensajes con un funcionario de la Comisión Ejecutiva Estatal de Víctimas (CEAV) de Michoacán; sin embargo, como esa dependencia no ha recibido la documentación del Ministerio Público, no han podido ofrecer asesoría jurídica ni psicológica a los familiares.

    "El Ministerio Público de acá (Morelia) no nos ha hecho un oficio de vinculación", dijo Guillermo Alberto Gutiérrez, Subdirector de Primer Contacto de la Comisión Ejecutiva Estatal de Víctimas de Michoacán.

    Buzzfeed News México buscó a las autoridades de Parácuaro para conocer el estatus del caso. María Guadalupe González Guzmán, directora de la Instancia de la Mujer en el municipio asegura que el gobierno local ofreció ayuda psicológica a las hermanas, padres y al hijo de Brenda. Así como asesoría jurídica para que ganen la custodia del menor y tramiten el seguro que le corresponde al niño.

    "No han dado con él (responsable), algunas personas dicen que se escapó a Estados Unidos. El Ministerio Público de Apatzingán es quien lo está buscando", sostiene González Guzmán.

    Este sitio también solicitó la postura de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Michoacán pero hasta el momento de publicación no se recibió respuesta.

    En el patio de la casa de Brenda aún hay cenizas de lo que fuera un colchón. Ramón rescató algunas pertenencias de su hija y quemó casi todo lo demás, excepto las macetas con las que la joven, alguna vez, decoró su hogar.

    *Las fotografías en las que aparece el rostro del menor fueron autorizadas por sus abuelos, Susana y Ramón.