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Tenemos que hablar muy seriamente sobre Vicente Fox

Señor expresidente... ¿está todo bien?

Esta historia de pasión y locura comenzó en 2006, cuando el expresidente soltó esta máxima.

Hay quien dice que perdimos a Fox cuando empezó a hablar de marihuana.

O cuando propuso soluciones poco ortodoxas al problema del narcotráfico.

O cuando se disfrazaba de Indiana Jones para sus entrevistas.

Pero la verdad es que Fox vio la luz cuando conoció a Donald Trump.

Fue como el día que Batman conoció al Joker.

Trató de inspirar a Trump a través de sus símbolos patrios.

Probó con genética.

Y hasta con insultos.

Pero ni el turquesa de nuestras playas mexicanas ablandó su corazón.

Hasta el cumpleaños de Martita fue ocasión para atacar al candidato norteamericano.

"Uy, qué envidia." -Donald Trump

Esta fue la respuesta de Donald Trump:

Y es que Fox no quería pelear, sólo quería llamar a Trump al camino del bien.

Reclutarlo para el ejército de la luz.

Recordarle que el amor es más poderoso que el odio.

Porque, digan lo que digan, Fox es un hombre con mucho amor en su vida.

Pero todo cambió durante el BREXIT.

Le esperaba una nueva aventura al ingenioso hidalgo, Don Vicente de la Mancha.

O sea, no dejó de atacar a Trump, sólo lo quitó de sus prioridades.

Ahora Fox escribía poemas por una causa más grande.

Una campaña para salvar al mundo.

Una guerra abierta contra la democracia... Espera, ¿qué?

A pesar de sus logros, nunca olvidemos que Vicente Fox es sólo un hombre.

Un ser humano que ama.

Y que odia.

Sigue brillando, diamante demente.