Desde hace unos meses, este lugar se ha adueñado del antojo y corazones de los amantes de la comida en la CDMX.
Se llama Chinaloa.
Porque fusiona la deliciosa (y grasosa, y hermosa) comida china.
Y lo más selecto de la gastronomía del noroeste mexicano.
Esta unión no se trata de una invención arbitraria.
La carta ofrece tanto platillos fritos, llenos de verduras, típicos de un buffet chino...
Como ceviches y aguachiles frescos, clásicos de la cocina de Baja California y Sinaloa.
#ñam
El resultado es increíble: comida PARA COMPARTIR con sabor a dos culturas.
Como el ya famosísimo udon con papada de cerdo.
¿Por qué a nadie se nos había ocurrido hacer un platillo con papada de cerdo en esta ciudad de 30 millones de personas?
¿Mencioné que hay una carta de clamatos?
Para completar la ecuación, todo esto ocurre en una terraza, ideal para ir con amigos y disfrutar de una buena sobremesa.
(Creo que a estas alturas ya te diste cuenta de que el lugar es turbo #instagrameable)
La persona detrás de esta genialidad es el chef Antonio de Livier, a quien tal vez recuerdes por lugares como La Panga del Impostor en Guadalajara y los Caldos Ánimo en CDMX.
