Mariano Rajoy se sorprende muchísimo cada vez que alguien le da la mano.
"Pero... Pero suélteme, Majestad".
"¡¿Qué cojones está pasando?!".
"Las manos quietas, que te veo las intenciones, enano de mierda".
"Pero, buen hombre, deme mis puerros y suélteme, haga el favor".
"Me quiero ir a mi casa".
"Disculpe, caballero, ¿me puede soltar?".
A veces le pillan a traición.
Así que cuando puede espía a los profesionales para aprender sus trucos.
"¡NO, NO ESTÁS MIRÁNDO!".