No hay duda de que las mamás son lo más cool del mundo.
Pero cuando se trata de Facebook han demostrado ser un problema.
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Porque tu mamá hasta en Facebook es tu mamá.
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Entonces éstas conversaciones se vuelven públicas.
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No saben que una mamá es una figura pública que no puede dar cierta información personal.
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Hay cosas que sólo deben estar en cierto contexto. No en su ”wall”.
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Las mamás jovenes no se dan cuenta de que un día sus hijos van a tener Facebook también.
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A veces revelan cosas que no querías que nadie supiera.
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Luego hacen evidente que fueron hace muchos años a la escuela.
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Una foto así te puede llevar a laaaaargas conversaciones innecesarias.
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Ella no se lo imagina, pero esto te pone en una situación muy incómoda.
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A veces no se dan cuenta de que ya no eres un niño.
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Y luego pasan estas cosas.
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Si escondes esto de tu timeline, es muy probable que tu mamá te diga: ¿POR QUÉ LO BORRASTE?
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O tal vez piensa que se borró solito y entonces las consecuencias son... múltiples.
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Este es un caso de estudio en psicoanálisis.
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Aunque a veces son simpáticas, te puedes dar cuenta de que Facebook no es su hábitat natural.
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De pronto tu vida privada tiene una fuga.
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A tu mamá, esto le parece un buen detalle.
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Adoptan comportamientos adolecentoides que las confunden severamente.
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Estos son buenos regalos del día de las madres que deben estar guardados en un cajón.
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A veces no se dan cuenta de que no todo lo que subes a Facebook son fotos tuyas.
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Hacen grupos muy extraños.
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El oversharing se pone muy grave.
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Hay mamás que convierten a sus hijos en memes.
