Acompañamos a Calvin Harris al Corona Capital y esto fue lo que pasó

    En resumen: la pasó #wow.

    El querido Calvin Harris accedió a pasar el Corona Capital con nosotros.

    No quisimos hacerlo caminar mucho desde un principio.

    Le llamó mucho la atención la policía montada.

    Estaba muy emocionado con la idea de que toda esa seguridad no era para él.

    Sorry, Taylor.

    Entró por la entrada general. Como todos nosotros.

    Es una persona muy humilde.

    Le gustó mucho que estas chicas le regalaran unas verduritas cortadas con salsita.

    Con esa mirada penetrante, se subió a un toro mecánico que en realidad era un oso.

    Aguantó 15 segundos.

    Usó una corona de flores porque así es la moda (en 2010).

    Sus fans no tardaron en reconocerlo.

    Y él accedió a tomarse fotos con cada uno de ellos.

    Qué fotogénico es.

    Siempre refleja bien la luz en su rostro.

    Nos confesó que nunca se había subido a una rueda de la fortuna.

    Lo acompañamos a pesar de que había que formarse como una hora para subir.

    No tardó en revelar por qué no se había subido antes.

    ¡FOTO BOMB!

    Lo llevamos a relajarse en las maquinitas.

    Y lo llevamos a ver a Death From Above 1979 para que sacara todas sus frustraciones.

    Se tropezó con una pareja que rodaba en el pasto.

    Después de escuchar tanto rock se puso rebelde.

    Hasta se subió a la nariz de este pobre individuo.

    Cambió un ojo por una pizza Fud.

    Este tipo insistía con que le diera un pedazo de su pizza. Calvin se molestó mucho.

    Y lo dejamos descansar un poco porque ya estaba de mal humor.

    Después de todo, ese primer día la pasó #wow.

    Sin un ojo y un poco desvelado, jaló con nosotros al segundo día del festival.

    Este personaje intentó explicarle qué es un “leñosexual”.

    Se burló cuando el cantante de los Twenty One Pilots se equivocó de escenario y se trepó en otro lado.

    Resultó que Calvin tiene un amplio conocimiento musical y reconoció a un miembro de La Agrupación Cariño, pero le dio pena pedirle una foto.

    En un encuentro desafortunado en la fila del baño, Voldemort le hizo una cicatriz como la de Harry Potter.

    Pobre Calvin. Miren nomás cómo acabó.

    No podía subirse a tocar así. Mejor fue a ver a Primal Scream.

    Mandó a un suplente a tocar. Al fin que nadie se iba a dar cuenta.

    Se fue a echar un taquito de canasta sin salsa.

    No supo qué pasó después. Hoy nos mandó esta foto desde algún hospital de la Ciudad de México.

    Adiós para siempre, Calvin querido.