En el último par de años, la Ciudad de México ha vivido un boom de barberías hipster.
Así que decidí aventurarme e ir a una para que hicieran lo que quisieran conmigo.
La idea me aterraba un poco, porque he tenido terribles experiencias con cortes.
Pero era momento de confiar una vez más, así que evité las tijeras por el mayor tiempo posible.
De la barba, ni hablemos.
El lugar: Barbería de Barrio.
Ahí conocí a mi verdugo: Iván Aguilar
Nótese que su máquina dice "Hippie Killer".
Así...
Al llegar, le dije a Iván que podía hacer el corte que quisiera.
Empezó con un fade (rapar en diferentes niveles para que se vea difuminado) atrás y en los lados con máquina.
No sólo se ve bien, también aporta ventilación extra para estos días de calor.
Siguiente paso: Cortar fleco y la parte de arriba.
El resultado...
Siguiente paso, la afeitada.
Todo el proceso incluyó masajitos, diferentes aceites para abrir los poros y lograr que la rasurada fuera al mismo tiempo una exfoliación.
Y una toalla caliente sobre mi cara.
Después siguió la crema para afeitar (la verdad es que desde la caricatura de Bugs Bunny quería ir a un barbero sólo por eso).
Lo que no esperaba es que cubriera hasta las patillas D: Al parecer fue para emparejar el fade y la barba.
El siguiente paso fue rasurarme con navaja y sí, traté de tomar una foto pero esta imagen vino a mi cabeza.
Una toalla fría y un masaje acabaron el proceso de rasurado.
Así quedó mi nueva barba, bien delineada y por primera vez en 28 años, con forma.
Aquí la transformación.
Y por último: No le tengas miedo a ir un lugar "hipster".
