Cada noche, decenas de regiomontanos esperan (lo que tengan que esperar) para entrar a este templo de los amantes de la comida.
En la parte de afuera, la leyenda comfort food promete un momento de paz e idilio con la comida.
Los presentación de la comida es desordenada, y la mayoría de los platillos se comen con las manos.
Como estas bolitas de queso, que son sinónimo de amor incondicional.
El nombre del lugar le hace honor a su concepto: Muncher House.
Y sí, es todo lo que uno se imagina cuando piensa en "monchis".
Éxtasis del plato al paladar.
La cerveza, la sirven como se debe. Bien muerta y en vaso.
Los cocteles no se quedan atrás.
Unos bloody marys para morirse.
Resulta difícil guardar espacio para el postre, pero de una vez te lo advertimos: ES OBLIGATORIO.
Mira este kit para hacer tus propios smores en tu mesa.