Si tienes menos de 23 años no hay forma de que entiendas estos 27 recuerdos de la infancia millennial

Los niños de los 90 tienen todo mi respeto

Crecer durante los 90 fue verdaderamente increíble.

ABC

Los niños de los 90 pudimos experimentar los albores de la internet, la cultura de las modas rápidas en su apogeo y algunas de las mejores películas/series de TV/canciones de la historia.

NBC

¡Lo dije!

En un mundo que parece estar cayéndose a pedazos, recordemos algunos de los mejores momentos de nuestras infancias que desearíamos poder revivir.

Paramount

1. Ver Titanic por primera vez.

20th Century-Fox / Getty Images

Esta fue la primera vez que muchos de nosotros entendimos qué era un FILM. Fue un momento cultural del cual era imposible escapar. El cine de ocho pantallas de mi ciudad natal proyectó la película durante SEIS MESES. Y pasé por un período muy extraño de mi vida en el cual veía TODA la película TODOS LOS DÍAS antes de ir a la escuela. Estamos hablando de una película en dos cintas VHS antes de siquiera comer mis cereales de Los Picapiedras. #JackAndRose4Eva

2. Sentir que el verano era interminable en lugar de durar cinco segundos.

Disney

¿Recuerdas las vacaciones de verano durante tu infancia? Esos días abrasadores y noches cálidas parecían prolongarse eternamente. Teníamos tiempo de sobra para enloquecer a nuestros padres hasta que nos suplicaran "POR EL AMOR DE DIOS, POR FAVOR VE AFUERA Y NO REGRESES HASTA QUE OSCUREZCA". Ahora, el verano se siente como esos sacos de agua imposibles de sostener que se te escapaban de las manos sin importar cuánto intentaras no moverte. Llévenme de regreso.

3. Escuchar "... Baby One More Time" en la radio por primera vez.

Jive Records

DAN. DAN. DAN. (Puedes escuchar esos acordes de la apertura, ¿verdad?) Recuerdo estar totalmente clavado al asiento trasero de la miniván Ford Aerostar 1995 de mi mamá cuando esta canción sonó en la radio. ¿¿¿Esto es lo que la música puede ser??? La canción se había apoderado de nuestra cultura. ¡Mi papá lo sabía! ¡MI PAPÁ! Y luego, ¿cuando lanzaron el videoclip? ¡¡OLVÍDENLO!! La facilidad para pasar de una colegiala con pompones rosas a un bombón que viste un top recortado amarillo en Educación Física me enseñó todo lo que necesitaba saber acerca de madurar. (De hecho, ahora mismo me estoy dando cuenta de que esta probablemente fuera la razón por la que tengo tantos tops recortados en mi armario).

4. Las mañanas de Navidad.

Jake Farrington

Lo que más me gustaba de niño era la Navidad. Siendo honesto, lo sigue siendo. Cuando era pequeño, comenzaba mi lista de Navidad en agosto. Me despertaba a las 4 a. m. cada mañana de Navidad porque estaba demasiado emocionado como para dormir, y necesitaaaaba ver qué había traído Santa. Estaba tan aferrado a la magia de la Navidad que no quería dejar de creer en el hombre de rojo y blanco, sin importar cuánto intentara mi mamá dar indicios no tan sutiles de que había sido ella todo ese tiempo. Simplemente era una coincidencia increíble que mi mamá y Santa tuvieran la misma letra y utilizaran el mismo papel de regalo. ¡Que locura! 

Foto: mi familia y yo en algún momento de los 90. Soy el niño espeluznante del suéter de reno.

5. Cuidar de varias mascotas falsas.

Xavier Rossi / Gamma-Rapho via Getty Images

Tamagotchi. Furby. Neopets. ¿Qué tienen en común estas tres palabras? Todas eran mascotas falsas que eran infinitamente más divertidas de cuidar que nuestra mascota real (hasta que ya no lo fueron). ¿Limpiar la caca de mi pequeño Hershey Kiss? ¡Soñado! ¿Que tu Furby te despertara en medio de la noche gritando en alguna lengua diabólica? Una pesadilla, ¡pero una divertida! ¿Echar un vistazo a tu mascota de Neopets cada 15 minutos para no ocupar la línea telefónica cuando usabas internet "dial-up"? Impagable. Lo que daría por jugar una ronda más de Meerca Chase.

6. Ver al Círculo de Estrellas de Disney Channel cantar "Circle of Life".

Disney Channel

A la gente le gusta decir que no tenemos una realeza en los EE. UU., pero yo les pregunto: ¿qué son estas personas si no reyes y reinas? Ver a este grupo reunirse para cantar "Circle of Life" de The Lion King fue un momento mucho más importante y de mayor magnitud que la llegada a la luna. Ni siquiera sabía que podíamos pedir algo como esto. Estas ESTRELLAS se juntaron y cantaron una canción tan mágica que fue una de las canciones que más escuché en Spotify el año pasado (estaba pasando por algo, LOL).

7. Coleccionar cartas de Pokémon.

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Atrápalos. A. Todos. Para mis amigos y yo, coleccionar cartas Pokémon era como una dr*ga; siempre necesitábamos más. Perseguir esas inusuales cartas holográficas, esperando que ese niño del colegio por fin te cambiara ese Mew que ni siquiera llevaba en una funda protectora (!!!)... lo recuerdo todo perfectamente. Y si bien mis días de coleccionismo quedaron atrás, recientemente me he vuelto adicto a ver gente abrir cartas Pokémon en TikTok, lo que me indica que tal vez la terapia no esté funcionando tan bien como creía.

8. Conversaciones grupales por teléfono fijo.

Disney Channel

En los días de los teléfonos fijos y con cable, ¡¡¡esto sí era GRAN COSA!!! ¡¿Poder hablar con dos de tus mejores amigos AL MISMO TIEMPO, TODOS EN DIFERENTES CASAS?! ¡¡Bienvenido al futuro, bebé!! Para ser franco, no tengo ni idea de qué tendrían para discutir tres niños de diez años de edad, pero sé que quería ser como Lizzie, Miranda y Gordo, y lo era, así que eso era lo único que importaba.

9. Decorar tus manuales de la escuela.

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¿Cómo vas a demostrar tu INDIVIDUALIDAD en la escuela si no cubres tus manuales con bolsas de papel madera para luego atacarlos con marcadores, crayones, pegatinas y demás? Tal vez incluso imprimas una foto de las Spice Girls o de S Club 7 y la pegues en el frente. Tenías que RESALTAR, pero sin mucho esfuerzo. Como diciendo, "Ah, ¿esto? Solo son unas pegatinas holográficas del yin y el yan que me envió mi tía. No es gran cosa".

Mención especial a ir a comprar nuevos artículos escolares.

Philippe Lissac / Getty Images

Y ya que estamos en el tema, hablemos de los artículos escolares. Siempre era agridulce el momento de volver a revisar la vieja lista de artículos para volver a la escuela, porque significaba que, de alguna manera, el verano había terminado. Pero qué alegría era comprar un cuaderno anillado de Bob Esponja y una cartuchera de La Sirenita. Siempre estaré persiguiendo esa emoción.

10. Ferias de libros/Ordenar libros

AnnainCA/ Flickr / Via Flickr: annainca

Ya fuera que organizaran una feria de libros en la escuela y pudieras entretenerte en la biblioteca como si fuera un mágico jardín secreto de libros, o que tu maestra repartiera un panfleto con libros de Scholastic al final del día para que llevaras a tu casa y molestaras a tus padres, los libros tenían algo que resultaba cautivador. "¡Pero maaaa! ¡Necesiiiito tener Hamster in the Holly! ¡Viene con un llavero de un hámster de regalo!". (Por cierto: me lo compraron, y el drama que se desató tras perder ese hámster en Nochebuena es algo que llevo conmigo hasta el día de hoy.) BRB, voy a llorar porque jamás volveré a ser tan feliz.

11. Noches de pizzas

New Line Cinema

¿Cómo recompensas a alguien de entre 8 y 12 años de edad? ¡Pues con pizza, qué va! No hay mejor motivación para completar cualquier tarea que la promesa de una Noche de Pizzas™. ¿Terminaste de leer tu libro? Noche de Pizzas. ¿Todos completaron sus tareas de fin de año a tiempo? Noche de Pizzas. ¿Lograste completar una sola temporada en el equipo de fútbol? Noche de Pizzas. (Abandoné el fútbol antes de las pizzas. Soy débil y triste.)

12. Abrir un VHS de Disney de caja "acolchada".

They Call Me Obsessed / Via Flickr: 88143907@N08

Sabes de lo que hablo. El pequeño chillido de la caja acolchada del VHS de Disney era algo verdaderamente especial. Solo pensar en ello hace que se me escape una lágrima. ¿Cómo hizo Disney para saber que esas cajas podían hacer que un niño de 7 años aparentemente normal se transformara en un ANIMAL SALVAJE? No lo sé, pero las desataron sobre nosotros y, si no lográbamos conseguir todas las que llegaran a nuestras mugrientas garritas, las consecuencias serían atroces ATROCES DIJE. 

13. El lanzamiento de la Nintendo 64.

Joe Raedle / Getty Images, Nintendo

¡La Nintendo 64 cambió el mundo de los videojuegos PARA SIEMPRE! ¿Recuerdas juntarte con tus amigos para jugar a Mario Party? ¿Machacando tus dedos contra los botones, girando la palanca tan salvajemente que terminabas con ampollas, todo en nombre de intentar ganar "Hexagon Heat"? O tal vez GoldenEye era más lo tuyo. Eliminar a tus enemigos uno por uno (o en mi caso, ser siempre el primero en morir, pero feliz por poder ser parte de algo). Y si no era ninguno de esos, definitivamente era The Legend of Zelda: Ocarina of Time. La revelación acerca de Sheik me seguirá sacudiendo hasta el último de mis días.

14. Leer las revistas infantiles en el consultorio del doctor.

Andersen Ross / Getty Images

Seguro, ir al doctor de niño no era... genial. La verdad es que se generaba un importante clima de desconfianza entre tú y tus padres cuando te decían por qué te habían hecho subir al coche: "¿Cómo pudiste hacerme esto? ¿Por qué no me envías directo al infierno ya que estás, mamá?". Pero había un lado positivo: las revistas infantiles como la revista Highlights. Sentías una sensación de paz al abrir la portada sobre la que habían tosido al menos 100 niños más. Rogabas que nadie hubiera usado un bolígrafo para jugar a "Encuentra las diferencias" o las "Imágenes ocultas". Hasta el día de hoy, si veo una revista Highlights, me sigo fijando qué es de la vida de Goofus y Gallant, pero luego me aseguro de usar un poco de desinfectante para manos.

15. Viajes escolares.

Rubberball Productions / Getty Images

Lo mejor de ir a la escuela eran todas las ocasiones en las que podías irte de la escuela para ir a otro lado. ¡Por favor, déjenme ir al acuario en lugar de enseñarme las tablas de multiplicar! O tal vez a la estación de bomberos para realizar un simulacro de incendio (definitivamente me parecía lo máximo, y probablemente debería haberlo tratado menos como un juego y más como una posible situación de vida o muerte). Y si no es ninguna de esas opciones, vamos al teatro a ver A Year with Frog and Toad, que de alguna manera era... ¿aburrido y tenía connotaciones sexuales? ¡Como fuera, cualquier cosa era mejor que ir a clases!

16. Construir fuertes de almohadas.

ABC

Ese cosquilleo al recolectar cada almohada y cobija de la casa para construir un fuerte es una sensación de éxtasis que intentaré repetir hasta el día que muera. Colgar sábanas y mantas de sillas y mesas hasta formar un cerramiento especial solo para ti y tus amigos se sentía como atravesar un guardarropas y toparse con el Sr. Tumnus. Todo era posible en un fuerte de almohadas, y no entiendo por qué todos pensamos que era algo que debíamos dejar atrás. (Mi mejor amigo arma fuertes de almohadas cada 20 de abril —porque "Fort/20"— y es bastante divertido. Los aliento a todos a intentarlo.)

17. Descubrir series de libros que convertías en toda tu personalidad.

Portland Press Herald / Getty Images

Mira, ¿pienso que Joanne R. es una basura? Sí, lo creo. Pero leer Harry Potter por primera vez fue como tener un orgasmo cerebral. Lo mismo con Lemony Snicket's A Series of Unfortunate Events, The Golden Compass y The Spiderwick Chronicles. ¿¿Teletransportarte a todo un mundo nuevo usando solo palabras y tu mente?? ¡Supongo que la magia es real después de todo! Solía perderme dentro de un libro por horas y horas, y eran lo único en lo que podía pensar y hablar durante semanas (¿Tengo una personalidad obsesiva? ¡Pregúntenle a mi terapeuta!).

18. Guerras de agua.

Hasbro

Tengo dos palabras para ti: Super. Soaker. Las guerras de agua verdaderamente fueron un hito cultural de los 90. Reunir a todos tus amigos en el jardín trasero y atacarse con pistolas y globos de agua, mangueras, aspersores, esas flores Crazy Daisy para regar el jardín... ¡cualquier cosa de agua que tuvieras a tu alcance servía! No había más objetivo que empapar y ser empapado. Tan simple. Tan sencillo. Realmente me estoy emocionando en este momento, y tengo que seguir antes de ponerme a llorar.

19. Terminar a los gritos con tus amigos por una partida de Monopoly.

Parker Brothers

Los juegos de mesa fueron una postal de nuestra infancia y, por alguna razón, todos queríamos jugar Monopoly a pesar de que era demasiado largo como para terminarlo y siempre terminaba con alguien ofendido. Mis amigos y yo teníamos una "regla" según la cual si robabas dinero o hacías algún tipo de trampa durante tu turno y alguien más tiraba el dado antes de que te atraparan, te salías con la tuya. No fue muy bueno para nuestra relación. LOL. Y sé que este problema no era exclusivamente nuestro. Conocí muchos amigos de adulto, y todas las historias que ellos tienen en torno a este juego son inquietantemente similares. Qué extraño que un juego acerca de impuestos y alquileres pudiera sacar lo peor de uno.

20. Hacer un dibujo con la peor calidad imaginable y que tus padres y tu maestra te dijeran que eras un ARTISTA.

Netflix

Jamás tuve tanta confianza en mi capacidad artística como cuando era niño. Padres y maestros te sepultarán en elogios hasta hacerte creer que eres el próximo Miguel Ángel cuando, en realidad, acabas de mostrarles un dibujo de mierda de una persona cuya cabeza mide lo mismo que su torso. Quiero decir, todos debemos empezar por alguna parte, y les agradezco por alentarme y no haberme dicho la verdad para que tuviera la confianza de continuar mejorando y aprender de verdad. Pero daría lo que fuera por sentir esa confianza para literalmente cualquier cosa en este momento. Quiero toneladas de halagos injustificados diariamente. Prepárenme una intravenosa de "OMG, ¿tú dibujaste eso?" e inyéctenla directo en mis venas.

21. Pijamadas.

Mgm / ©MGM/Courtesy Everett Collection

Ir a una pijamada de niño era un evento IMPORTANTE. Pasar tiempo con tus amigos fuera de la escuela, ver cómo funcionaban las familias de los demás, intentar convencer a los padres de tus amigos de que nadie te obligaba a beber leche durante la cena en tucasa... Era maravilloso. Reír hasta la noche con tus amigos, jugar a M.A.S.H., contar historias de terror, susurrar secretos que no te animarías a decir en voz alta durante el recreo ("En realidad sí me gusta Derek H. Por eso lo empujé contra las hojas"), y fingir que se habían dormido cuando los padres venían a ver que todo estuviera en orden. DÉJENME SENTIR ESO DE NUEVO.

22. Alquilar una película en Blockbuster o Family Video

Andrew Marszal / AFP via Getty Images

En la edad del "streaming", es fácil olvidar que no siempre tuvimos una cantidad ilimitada de películas disponibles con solo pulsar un botón. Antes tenías que rogaaaaaaaarles a tus padres para que porfis, porfis, porfis te llevaran a alquilar una película o dos para el fin de semana. Y una vez que llegabas allí, requería esfuerzo. Tenías que ir y volver por incontables pasillos con películas, y no bastaba con simplemente encontrar una que quisieras; ¡también tenía que haber stock! Así es, generación Z: si alguien más había alquilado la película que querías ver, pues mala suerte. Pero, por un lado, lo extraño. A veces te forzaba a ser creativo, y así fue como Clue terminó siendo una de mis películas favoritas porque alguien ya había alquilado todas las copias de Fern Gully. 

23. Usar una playera de adulto como si fuera una toga hasta el suelo.

TriStar Pictures

Cuando era pequeño, era lo único que usaba en casa: una playera de adulto sin pantalones. Jamás me sentí tan libre y cómodo. Cubrirte con la playera vieja de tu mamá o papá se sentía como ser abrazado por un millón de Plutos en Disney World (supongo, no pude ir hasta que tuve 20 años). La seguridad y tranquilidad que venían con el riesgo de tropezarse con el dobladillo de una prenda hecha para llegar hasta la cintura no tienen igual. Si hay alguna compañía que se especialice en playeras para adultos en la misma proporción, ¡avísenme al final en los comentarios! Necesito una.

24. Saltar en una cama elástica sin temor de romperte cada hueso de tu cuerpo.

Mike Brinson / Getty Images

Esta oración no va a tener sentido, pero nadie tenía realmente una cama elástica. Solo tenías amigos que tenían una cama elástica, y usabas la de ellos. No tiene lógica pero es real. ¿Recuerdas jugar a la "palomita de maíz"? Te hacías una bola y tus amigos saltaban a tu alrededor hasta que te abrías de brazos y piernas y te escurrías por un costado. ¡O el "doble rebote", donde alguien rebotaba en el "tramp" (como mis amigos y yo lo llamábamos inocentemente, jajaja) en el momento justo y salías VOLANDO y gritando por los aires? Qué tiempos aquellos. Ahora siento que si tan solo pongo un pie en una, terminaré en la sala de emergencias.

25. Rogarle a tu mamá por una moneda para sacar un juguete raro de esas máquinas que había en las tiendas.

Anton Novikov / Getty Images/iStockphoto

Esas máquinas expendedoras de las tiendas que tenían juguetes en cápsulas eran a los niños lo que un reflector es a las polillas. ¿Solo 25 o 50 centavos por un juguete? ¡¡¡¡LO NECESITO!!!! No me importa si es una mano de goma pegajosa que terminará cubierta de pelo y migajas. ¡Debo tenerla! ¿Una bola saltarina que inevitablemente le dará a alguien en el ojo? Una necesidad. ¿Una figura miniatura de lo que estoy bastante seguro de que supuestamente es Bob Esponja, pero la pintura es tan mala que tiene los ojos en la sien? ¡Por supuesto! No importaba si eran de calidad; lo único que importaba era que estaban ahí.

26. Coreografiar bailes profesionales con tus amigos y hermanos.

Netflix

Cuando era niño, no podían convencerme de que mi destino no era ser una estrella pop. Y como NSYNC o las Spice Girls podían llamar a mi puerta en literalmente CUALQUIER MOMENTO para pedirme que fuera de gira con ellos, necesitaba estar preparado. Por eso mis amigos y yo pasábamos horas creando rutinas de baile en mi sótano, inventando ingeniosos pasos como "paso-toque", "'shimmy' de un hombro" y... "¿supongo que 'paso-toque' otra vez?". Los Backstreet Boys nunca se aparecieron por la zona rural de Michigan, pero ellos se lo perdieron. Mis amigos y yo los habríamos hecho alucinar.

27. Estar protegido de la cruda realidad de la vida.

Ups. Demasiado real. LOL.

Este post fue traducido del inglés.