Una tarde de sábado de 2015, Diego visitó el gimnasio, terminó su rutina y se metió a bañar para después ir con su novia a una comida familiar.
Lo que Diego no sabía es que la vida le tenía preparada un sorpresita...
Al salir del vestidor, Diego no vio a ninguna persona en el gimnasio y las luces ya estaban apagadas.
Caminó hacia los torniquetes, intentó pasar por ellos y PUM, la alarma se activó.
Diego intentó buscar el contacto del gimnasio, pero solo encontró un número del corporativo en Brasil, así que recurrió a sus amigos en Facebook...
Ellos le brindaron todo el apoyo que una situación así amerita.
Finalmente, decidió hablar a la policía, quienes llegaron a rescatarlo pudiendo abrir el gimnasio.
Y porque estamos en México, el policía tomó su declaración anotando todo en su mano.
Días después, el equipo del gimnasio se puso en contacto con él, y Diego esperaba alguna compensación por el percance, pero solo le ofrecieron un kit con artículos como un termo y una playera del local.
Diego vivió una interesante aventura y aprendió una valiosa lección.
Es momento de ir pensando dos veces tu propósito de ir al gimnasio diario en 2019.