Estos son los pros y contras de traer contigo un selfie stick

    ¡Oh, vanidad!

    Esto es un selfie stick.

    Así que me puse la misión de utilizarlo en exceso para entender de qué se trata todo este alboroto y si vale la pena.

    Al principio tuve miedo.

    Así que empecé en la privacidad de mi casa. Primero, despertando.

    Luego me bañé.

    Consideré que era una gran oportunidad para retomar la hora del peinado loco en la regadera.

    Luego a un copetito emo.

    Unos cuernitos y/o Wolverine.

    Me hubiera gustado tomar más pero la diversión se acabó cuando me entró shampoo al ojo.

    Manejé a toda velocidad.

    No es cierto :(

    Perdón.

    ¡Pero fui a una boda!

    Me tomé una foto frente a un paisaje glorioso.

    Me sirvió para encontrar mis llaves debajo del asiento del coche.

    Para ver qué tan pelón me estoy quedando.

    Para que Homero estuviera orgulloso de mí.

    Lo usé en vez de darle zoom a la cámara.

    Luego lo usé como zoom mientras le daba zoom.

    Intenté usarlo como cámara GoPro.

    Vea este vídeo en Youtube

    youtube.com

    Planeaba que mi perro corriera con él en la boca y, bueno, los resultados hablan por si solos.

    Me puse bien conceptual.

    Siéntanse libres de usarme como meme.

    Aproveché sus ángulos.

    ¡Selfie desde el basurero!

    ¡Selfie desde el horno!

    ¡Selfie desde el horno con mi perro metiéndose mientras le intento explicar que esto es chamba!

    ¡Selfie desde el refri!

    Y aunque hubo a quienes no les pareció mi experimento.

    Veredicto: en efecto, el selfie stick no es tan malo y saca fotos buenas, peeeero no lo volvería a usar a menos que fuera para rascarme la espalda.

    Tampoco cuento con la suficiente seguridad para aceptar verme así o que me vean así.

    Así que lo siento, selfie stick, fue bonito mientras duró pero no eres tú, soy yo.

    Más selfies que cambiarán al mundo en las redes sociales de BuzzFeed México.