Hacer cine era más divertido antes del CGI.
Todos los horrores y maravillas de la pantalla eran resueltos con plastilina, látex y mucho ingenio.
Dan Ohlman vivió estos tiempos en el centro de la acción.
Dan hizo tantas de ellas que un día decidió fundar un museo.
Algunas de las miniaturas son escenas clásicas del cine.
Como el restaurante más icónico de Nueva York.
Cada centímetro de estas miniaturas tiene un propósito.
Aquí también aprenderás cómo se hacen tus películas favoritas.
Observarás en vivo los poderes del maquillaje.
El museo cuenta con más de 300 props y objetos de películas icónicas.
Hasta una extensa colección de armas icónicas.
Incluso tienen un modelo restaurado del Capitolio que destruyeron los aliens en Día de la independencia.
Es el segundo sueño más grande de todo cinéfilo.
El primero es ser dueño de todos esos tesoros.
