Basta con asomarse a un centro de acopio para sentirse orgulloso de ser mexicano.
Por todo el país, los víveres abarrotan los anaqueles, listos para ser entregados, de un hermano a otro.
Pero aún en la tragedia, hay gente que no se tienta el corazón.
Las redes sociales también han servido para alertarnos de que no todos los víveres están llegando a donde deben ir.
De que algunos centros de acopio están siendo tomados por gente sin escrúpulos.
Lamentablemente, hay personas que decidieron aprovechar esta tragedia para sus propios fines.
Pero, ahí donde unos imponen su fuerza, podemos pararlos con astucia.
Antes de donar los víveres en los centros de acopio, ráyalos. Táchales el código de barras para que no los puedan vender.
Con un plumón indeleble, ponles mensajes de apoyo, para que sepan que esta ayuda viene de otro ciudadano y no de un partido político.
Que sepan que les envías esto por amor y no por votos.
Si puedes, trata de llevar los donativos tú mismo, en autos particulares, sin banderas, lonas o distintivos; para que no sepan que llevas víveres.
Y sobre todo, no pierdas la fe. Siempre va a haber ratas, pero los buenos somos más.