18 Cosas que me pasaron después de usar el iPhone X durante 10 días

    Vivo con miedo a que me lo roben, pero mis selfies mejoraron un 200%.

    Nos dieron el iPhone X para que jugáramos con él y probáramos tooodas sus características nuevas y modeRnas . Obviamente lo sumergimos, le entramos a los animojis y nos tomamos muchísimas fotos. Así que prepárate para un viaje lleno de aprendizaje, sorpresas y emojis que hablan.

    1. Es muy difícil aprender a vivir sin el botón de inicio.

    2. Pero como ya no necesito botones, me siento así:

    3. En mi experiencia, no es tan frágil como dicen; se me ha caído tres veces (contadas) y sigue intacto.

    4. Pero mi miedo no es que se rompa, es que me lo roben.

    5. Pensé que me clavaría más con los animojis, pero la verdad me dieron hueva después de los primeros dos días.

    “Bienvenidos sean, a mí barbería...” #Animoji

    Via @joaqosmico

    Aunque pude crear obras maestras como ésta.

    6. La pantalla completa se volvió una de mis cosas favoritas.

    7. Aunque ahora ya no se ve el porcentaje de batería y eso me está MATANDO.

    8. No todas las aplicaciones están diseñadas para usar pantalla completa y no se aprovechan al 100%.

    9. Volviendo a la pila; sí le dura mucho más que a mi anterior teléfono (un iPhone 6s).

    10. Fue sumergido una vez, durante 5 minutos, y todo salió en orden.

    11. Por más avanzado y futurista que sea el Face ID, extraño lo práctica que era la huella digital.

    12. También es difícil usarlo a "escondidas". No se puede desbloquear por debajo de una mesa o en el salón clases sin que lo note el profesor.

    13. Y a veces me siento en un episodio de 'Black mirror'.

    14. También se traba mucho al intentar desbloquearlo.

    15. Pero nunca me había visto así de guapo en mis selfies.

    16. Y le puedo tomar fotos más cool a mis seres queridos.

    17. Tomar capturas de pantalla es mucho más sencillo y puedo hacerlo con una sola mano.

    18. Y sí, en sólo 10 días, ya desarrollé un lazo emocional con el teléfono porque, por algún motivo extraño, siento que me conoce.