Y, naturalmente, las cosas se salieron de control.
Pero en Chihuahua hubo un héroe sin capa, que no sólo se preocupó por la fiesta; también por el medio ambiente y la limpieza de las calles.
Salió con un carrito de súper para que la gente pusiera ahí su basura.
De inmediato, muchos de los presentes empezaron a ayudar tirando sus desperdicios y toda la que había en el piso, mientras el buen ciudadano pasaba.
Y todos, todos los que lo vieron, aplaudieron su noble acto.
Porque significa que podemos ser un país mejor: uno que le entra al desmadre, pero también se hace responsable de lo suyo.
Porque, por cada mexicano que no cree que podemos mejorar y que no tiene esperanza en este país...
Hay decenas, como él, que no sólo creen que podemos ser mejores; sino que actúan para que lo seamos.
Gracias, héroe anónimo, por llenar ese carrito y, con él, nuestros corazones.