1.
Tu vida estuvo bombardeada de este tipo de mensajes durante mucho tiempo.
2.
Y te negaste, durante años, a sucumbir.
3.
Esta era tu idea de gimnasio.
Sin embargo... un día, algo extraño te hizo cambiar de opinión, y lo hiciste. Entraste a un gimnasio.
4.
Tu primer día fue mucho peor que el primer día en la escuela o la universidad.
5.
Y descubriste que necesitabas un manual para entender el complejo mundo de los gimnasios.
6.
"Sólo sé que estuve "corriendo" durante veinte minutos."
8.
Y es que en teoría... todo iba a ser tan fácil.
9.
Te preguntaste más de una vez si eres tú o todo el mundo ahí es medio mamón...
10.
Por supuesto, recibiste ya más de una mirada acusatoria porque estás usando mal y lento alguno de los aparatos.
11.
Aprendiste a la mala el concepto de "alternar".
12.
Y es que la gente puede ser muy mala onda...
13.
Ya te cacharon espiando el cuerpo de alguien.
14.
Te preguntas todos los días por qué no hay un lugarcito para sentarte un ratito a descansar.
15.
Te ponen a calentar y para ti ya es suficiente ejercicio por el día, la semana y el mes.
16.
Es imposible dejar de comparar tu cuerpo con el de los demás.
17.
Ah… Y los vestidores están repletos de estas situaciones.
18.
Y es que sencillamente no entiendes cómo le hace esta gente…
20.
Acercarte a un instructor puede resultar peligrosísimo.
21.
Y seguramente cuando le dijiste que no querías el programa de costo extra, te dijo algo similar a esto:
22.
Y es que todo el ambiente de gimnasio es muy… ¿competitivo?
23.
Porque cuando vas al gimnasio, el gimnasio se asegura de quedarse contigo toda la semana.
25.
Por supuesto, mientras tienes tu viacrucis en la elíptica imaginas otros métodos para bajar de peso.
27.
Y de pronto... llega la inspiración.
28.
Y eso te da mucha energía para seguir invirtiéndole esfuerzo y dedicación a tu cuerpo.
29.
Algún día todo valdrá la pena.
Y esa pizza se quemará sola.
