Antes de empezar, deben saber esto:
Ahora, esto fue lo que pasó después de una semana con el relojito maravilla.
La caja, como la de todos los productos Apple, es hermosa.
Desempacarlo es una experiencia emocionante. Está llena de estos plastiquitos.
El cargador es revolucionario pero al mismo tiempo, un poco estorboso.
Al momento de encenderlo, comienza el asombro. El reloj tiene vida propia y la experiencia de ver sus funciones por primera vez, es enajenante.
Está lleno de gráficos hermosos. Te enamora y asombra tener ~el futuro~ en la muñeca.
Apple Watch es una extensión de tu iPhone, y a pesar de que tiene funciones nativas, sirve para notificar cosas que verás en tu celular después.
Sincronizarlo es sencillo. En minutos ya tienes todas las aplicaciones en tu muñeca.
Incluyendo un constante recordatorio sobre las acciones de Apple en la Bolsa. -___-
Puedes customizarlo con la visualización que más te guste. Los diseños, para variar, son hermosos.
Cuando picas el botón secundario, aparecen tus contactos rápidos y sí… puedes hablar por tu muñeca.
Te sientes Ethan Hunt.
Uno de los primeros WTFs es cuando el teléfono vibra y suena en tu muñeca.
Y sigue vibrando.
Después de usarlo durante una hora, el reloj me regañó. Al parecer no me estaba moviendo suficiente.
Y así fue como empezó mi relación de tratar de complacer al aparato.
La función de Actividad mide el tiempo en el que pasas parado, en movimiento y en ejercicio, y te “obliga” a cumplir metas para quemar calorías. O en otras palabras: un recordatorio constante de mi sedentarismo.
A las pocas horas te acostumbras. Apple Watch es más demandante que un perrito bebé. Todo el tiempo quiere tu atención.
El monitor cardíaco te pone paranoico.
¿Cuál es el ritmo ~normal~ de una persona de mi edad?
La aplicación de la cámara saca tus instintos espías. Puedes usar tu reloj como un viewfinder, y tomar fotos a distancia.
La app de Mapas te hace sentir en GTA.
El reloj es útil para saber si en el otro lado del mundo están durmiendo o en horas hábiles.
Una de las funciones más inteligentes es la de la música.
Por fin hay un control remoto para el iPhone, sin la necesidad de pararse a cambiarle a la música.
El Apple Watch llama la atención.
Y tienes que explicarlo todo de nuevo. Y tratas de no presumir, pero es un aparato ostentoso.
Y te entra la paranoia de usarlo en un país tan inseguro como México.
Después de tres o cuatro días, terminas acostumbrándote a leer las notificaciones en tu muñeca.
Después de usarlo días enteros, comienzan las vibraciones fantasma en el brazo.
Tu adicción al teléfono se exponencia.
Y como con todos los productos de Apple, sientes un cariño especial, y al mismo tiempo te cuestionas...
¿Realmente necesitas tanta tecnología en tu vida?
Conclusiones:
