1. Buscas cualquier pretexto para pedir comida hasta la comodidad de tu hogar.
2. No importa si tienes el refrigerador lleno, siempre terminas convenciéndote de ordenar a domicilio.
3. Siempre es lo mismo... pasas como media hora tratando de decidir de qué restaurante vas a pedir.
4. Y al final terminas escogiendo el de siempre.
5. Desde el momento en que pides la comida te quedas pegado a la puerta esperando a que llegue.
6. Podrás no tener los teléfonos de tu familia en tu cel, pero tienes todos los de tus restaurantes favoritos.
7. Cada que te llega tu estado de cuenta te asustas con la cantidad de dinero que gastaste... pero no aprendes y lo vuelves a hacer.
8. Ya sabes que la mitad de la quincena se te va a ir en pedir comida.
9. Te sabes de memoria los días que hay promociones en todos los restaurantes cercanos a tu casa.
10. También conoces a la perfección cada menú.
Pido comida china sin mirar el menú porque me lo sé de memoria
Ya no necesitas verlo.
11. Y claro, ellos hasta te ubican por tu nombre y se saben tu pedido de memoria.
12. Si eres de los que prefieren usar apps, tienes mínimo dos en tu celular.
Vivir solo es tener todas las apps de comida a domicilio y no tener espacio para nada más en la memoria.
13. Porque, para ti, son el mejor invento del mundo moderno.
14. No te importa que te cobren el viaje, si te van a evitar salir de tu casa, lo pagas.
15. Has tenido días en los que tus tres comidas las pides a domicilio.
16. Sobre todo si es domingo.
17. Simplemente, no te imaginas tu vida sin comida a domicilio.
