Advertencia, el siguiente post contiene spoilers de Jurassic World: El reino caído. Sigue bajo tu propio riesgo.
1.
No van a pasar ni cinco minutos y vas a empezar a sudar como regadera de los nervios.
2.
Te preguntarás si Claire va a tener que correr una vez más en tacones...
3.
Te vas a poner filosófico preguntándote si tú estarías a favor o en contra de salvar a los dinosaurios.
4.
Una vez más, vas a suspirar cada que aparezca Chris Pratt a cámara.
5.
Se te va a poner la piel chinita cuando veas cómo quedó el parque después de la película pasada.
6.
E inmediatamente vas a desconfiar de cualquier intención que tengan ~esos~ militares.
7.
Justo cuando creías que lo peor que podía pasarte en una isla es que hubieran dinosaurios sueltos, vas a temerle al poder de la naturaleza.
8.
Vas a sufrir por el bienestar de Claire y Owen cada dos segundos.
9.
Te preguntarás por qué no puedes tener a una Blue bebé como mascota.
10.
Si eres fan de la primera saga, vas a encontrar muchísimas referencias escondidas.
11.
Después de toda esta montaña rusa de emociones, vas a soltar la lagrimita al ver a ese brontosaurio despedirse.
12.
Aceptarás que, de una u otra forma, este es el final de una era.
13.
A estas alturas, varias escenas ya te habrán recordado a la segunda película de la saga original.
14.
Sentirás ansiedad solo de imaginarte qué pasaría si de repente traficaran con dinosaurios en vez de armas.
15.
Vas a sentir que estás en una película de terror más que en una de acción.
16.
Y una vez más vas a estar agradecido por la existencia de Blue en este universo.
17.
El final te hará preguntarte si algún día será posible hacer lo que le hicieron a Maisie.
18.
Pero nada se compara a las ganas que te van a dar de ver la siguiente película y saber qué pasa con todos esos dinosaurios que salvaron.