Mariah Carey es una DIVA. Tal vez no es vedette, ni bai-la-ri-na, pero es legendaria.
Usa corsets para recostarse en su sillón...
Y lentes de sol en circunstancias extrañas.
Pero su momento cúspide (EN LA VIDA) es cuando, en un ejercicio de éxito máximo, pide que la lleven a su presentación en un silla.
Sí, para que sus pies no toquen el suelo y no tenga que cansarse.
¿Qué harías por tener una persona que te lleve a todos lados en una silla mientras tú luces fabulosa hablando por teléfono?
Si fueras rica, exitosa y mágica como Mariah también tendrías esta cara de felicidad. Serías Don Vergas de la vida real.
La vida es una fiesta de Mariah Carey y nosotros nada más estamos invitados a ella.