1. No había dolor más grande que el que sentías cuando se te infectaba el piercing del ombligo.
2. Descubriste que no había nada más incómodo que los jeans a la cadera cuando subías de peso.
3. Pasaste horas enteras desamarrando una bufanda delgadita.
4. Tal vez no había nada peor que querer ver Mean Girls y que no estuviera disponible en Blockbuster.
5. Alguna vez te pasó, que viste una fedora simplemente en-can-ta-do-ra pero no era de tu talla :(
6. No había manera de rescatar estas camisas/negligé si se llegaban a manchar con algo.
7. Nunca imaginaste estar en la situación en la que la corbata de tu outfit se manchara con comida, y no necesariamente desde tu cuello...
Pero así pasó.
8. ¿Qué hacías cuando se despegaba una de las piedritas de tu camiseta favoritísima?
9. No era tan fácil salir de una sesión de planchado de pelo sin cicatrices en la frente.
10. Tenías una oportunidad para que estas fotos salieran bien, y si las arruinabas... ¡Pum! Corazón roto instantáneo.
11. Se te ocurrió llevar uno de estos a la playa, y se te acabó resbalando todo: #sudorextremoporqueplástico.
12. Bueno, no encontrar una de tus faldas favoritas de entre los trillones de estilos que tenías también era lamentable.
13. ¿Qué tal cuando te pisabas la falda larga y se bajaba enseñando tus calzones?
14. Amabas jugar con el Nextel (no importaba si era tuyo o de algún amigo) y te rompía el corazón si mandabas una alerta y no había nadie del otro lado para contestarte.
15. ¿Qué era peor? ¿Tener una Blackberry y que se le jodiera la bolita del centro?
16. Era bien triste cuando ponías una frase bien profunda en ICQ o Messenger y nadie te comentaba al respecto.
17. Te encantaba tener el pelo lacio, entre más "baba" mejor...
18. Se te rompía el corazón cada vez que intentabas quemar un disco, solo para ponerle play y descubrir que estaba en blanco.
19. Una de las tragedias más grandes que viviste fue el ascenso y caída del mejor/peor programa de la televisión: The OC.
20. Eras toda feliz con tu bolsa de lentejuelas gigantes hasta que empezaban a desaparecer, poco a poco.
21. Pero nada se comparaba con el dolor que sentías cuando se perdía tu "amuleto" del celular.
22. Después de años de rogarle a Dios, a Santa, a la Virgen y a tus papás, te consiguieron un sillón inflable.
23. Te sentabas, e invariablemente este cinturón o se doblaba, o se te subía hasta las chichis.
24. Amabas presumir que te sabías la letra enterita de "Gasolina" de Daddy Yankee, pero te morías del oso cuando te equivocabas.
25. Este era el único tipo de bra strapless que había, y si se te ocurría tener chichis grandes, hacía que se vieran rarísimas.
¿Quieres recibir contenidos para sentirte cada vez mejor contigo? ¡Suscríbete a nuestro newsletter de Estilo y Bienestar!
Si no puedes ver la casilla anterior, suscríbete aquí.