1. Tus viernes en la tarde no estaban completos sin un buen par de pants coordinados.
2. Y si los podías combinar con unas botitas tipo Ugg, mucho mejor.
3. Le hubieras vendido tu alma al diablo por una gorra Von Dutch.
4. Ningún clóset estaba completo sin una (o varias) faldas de gitana.
5. Avril Lavigne te enseñó que todo buen adolescente rebelde usaba corbata.
6. Y luego llegaron ellos y todo valió madres.
7. Esta bolsa estaba por toooodos lados.
8. Esto, dios mio, esto.
9. Eras LA más cool con tu arete de pluma...
10. Obvio tenías un cinturón de círculos.
11. Eras una coqueta con tus falditas con olanes.
12. ¿Y qué tal esas chamarras de mezclilla con mucho pelo?
13. Tus cargos eran tus pantalones favoritos.
14. Encontrabas mucha variedad del sweater largo tejido.
15. Y de ponchos con tejidos extraños.
16. Tenías una colección enorme de tank tops y de ideas para usar ropa encima de tus jeans.
17. No importa cuánto frío o calor hiciera, tú siempre llevabas tu bufandita.
18. ¿Cuántas camisetas tipo campesina tenías?
19. Tus jeans se anudaban por algún lugar.
20. Y tenían una campana gigantesca.
21. No había nada más cómodo que unos buenos gauchos.
22. Tus vestidos se podían usar con... o sin jeans.
23. Y hablando de halters, ¿te acuerdas de los que tenían un aro de metal en el cuello?
24. Si eras más bien emo, este era tu accesorio favorito.
25. Enseñar la pancita era un look básico.
26. También eras súper fan de las faldas asimétricas.
27. Tenías polos (con el cuello levantado) en todos los colores.
28. No salías a la playa sin tu elegante vestido strapless.
29. Aspirabas a tener una de estas, en original.
30. A todos lados ibas con tus vestidos y camisetas que, más bien, parecían baby dolls.
31. Ponerte un paliacate como camiseta sonaba como una gran idea.
32. Pero lo mejor era presumir tu arete del ombligo.
