1.
Habías olvidado el HORRIBLE sonido del despertador.
2.
Piensas en cualquier excusa para no presentarte en la oficina...
3.
Es que no estás preparado para recibir comentarios sobre tu peso.
4.
Así que te tienes que despedir de tu chocolate cream frapuccino de todos los días.
6.
Vestirte será tu peor pesadilla.
7.
Al salir de casa, te das cuenta que no hay tanto tráfico ni el Metro va llenísimo.
8.
Aunque solo estuviste de vacaciones unos días, ya se te olvidó cómo trabajar.
9.
Lo malo de llegar a la oficina es que tienes que dar abrazos a todo el mundo.
10.
Y escuchar mil historias que no te interesan ni tantito.
11.
Es horrible tener que volver a ver a la persona que te cae mal.
12.
No ves el momento de meter tus tuppers al microondas para comerte ese delicioso recalentado.
13.
Porque después de unos días, tu cuerpo se acostumbró a él.
14.
Decir que estás cansado es lo peor que puedes hacer.
15.
Así que cuentas las horas para irte.
16.
Y solo puedes pensar en todos esos malditos que siguen de vacaciones...