38 Situaciones que entenderás si odias tu trabajo

    "Ugh... ¿todavía no es viernes?"

    Hace tiempo tomaste ese trabajo con ilusión y poco a poco se ha convertido en un infierno.

    1. Tus domingos por la tarde son aún más tristes que los de tus amigos.

    2. Y los lunes en la mañana te cuesta todo el trabajo del mundo levantarte sin querer llorar.

    3. El snooze es tu mejor amigo.

    4. Comparas tu oficina con lugares como Mordor, Azkaban o Silent Hill.

    5. De un día para otro, tu jefe se convirtió en un ser omnipresente que te llena de terror.

    6. Aunque igual ya te vale madres seguir sus órdenes o contestar sus mails.

    7. Y escuchas su voz como si estuvieras en un capítulo de Charlie Brown.

    8. Buscas lugares y momentos para tomarte tus siestas sin que nadie te moleste.

    9. Empiezas a entender a Marx como nunca antes.

    10. La hora de llegada (y de salida) se convierten en una mera recomendación.

    11. Y tus excusas para justificarte cada vez son más ridículas.

    12. Tu hora de comida, de repente, empieza a incluir helado, paseo y mucho perder el tiempo.

    13. Tu salud mental comienza a verse afectada.

    14. Y ves cosas malas por todos lados.

    15. Los fines de semana hay de dos sopas:

    a) O te encierras durante 3 días a "descansar".

    b) O te pones unas borrachera del terror de jueves a domingo.

    16. Dejas de contar los días individualmente y se convierten en bloques de tiempo.

    17. Y el día a día te parece eterno.

    18. Buscas trabajo como degenerad@.

    19. Y, en lugar de trabajar, te la vives pimpeando tu CV.

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    Fox / Via youtube.com

    20. Empiezas a sentir una especie de comodidad adormecedora.

    21. Dejaste de dar ese "extra" hace tiempo y ahora te dedicas a pasar 8 horas en BuzzFeed, Facebook o donde puedas.

    22. Y tu compu de la oficina tiene más torrents ilegales que presentaciones en Power Point.

    23. La primera vez que hablaron sobre una "reestructura" te emocionaste.

    24. Ahorita esa misma palabra te causa escalofríos.

    25. Buscas cientos de soluciones absurdas para huir de tu realidad.

    26. Porque tu estrés laboral está empezando a afectar tu vida personal.

    27. Y entonces te inventas una enfermedad, mínimo, dos veces al mes.

    28. Y, aunque no quieras, sientes algo de envidia por tus amigos que sí están felices en su trabajo.

    29. La cena de Navidad te súper vale madres.

    30. Cuando te invitan a formar parte de un nuevo proyecto tu actitud oscila entre la apatía y el enojo.

    31. Porque sabes que, aunque te lo pintan como una graaaan oportunidad, es una maldita trampa.

    32. La respuesta a la pregunta "¿cómo estás? varía entre la furia y el meh.

    33. Fantaseas con mil y un formas de renunciar.

    34. Empiezas a crear grupos disidentes con tus amigos de la oficina.

    35. Y lo único de lo que pueden hablar es de lo horrible que es la chamba.

    36. Entonces ya mejor nada más saludas al poli de la entrada.

    37. Las vacaciones, los puentes y los fines de semana no son, para nada, suficientes.

    38. Y los únicos días donde te sientes relativamente bien, es cuando te depositan.

    Conclusión: es momento de cambiarte de trabajo.

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