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Para qué hacer relajación o fiesta... ¡si puedes hacer relajación y fiesta! Disfruta más momentos y alterna Coca-Cola Original y Sin Azúcar.
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Disfruta más momentos en estos lugares perfectos para los que aman la fiesta... pero también relajarse. Siempre puedes tener las dos, así como también puedes alternar Coca-Cola Original y Sin Azúcar.
Tiene fiestas de todos colores y sabores... y lugares donde puedes echarte un chapuzón para descansar las patitas. En Barcelona puedes echar fiesta sin tener que sacrificar la relajación (date una tarde de respiro y color en el Park Güell).
Goa es un pueblo en la costa del mar Arábigo peeeerfecta si te late caminar horas por la playa. ¡Ah! Pero también tiene su dosis de antros y fiestas temáticas que te van a hacer mover el esqueleto... probablemente usando algún disfraz.
Aquí uno que todos ubican por su buena party: Nueva York. Pero lo que no sabías es que un par de horas al norte de la ciudad están las montañas de los Catskills, para despejar la mente después de haber fiesteado toda la no-che.
Seúl es una ciudad de dos ritmos: el mega acelerado y el turbo tranquilo. Por eso es perfecta para darle una clase de canto a tus amigos en el karaoke, pero también para echarte una meditación en alguno de sus miles de templos, como éste que no se puede ni pronunciar: Gyeongbokgung.
Esta isla en las costas de Croacia es un monumento a los clubes nocturnos. Pero no nomás eso, sus playas del mar Adriático tienen tantas tonalidades azules que le van a dar un masaje épico a tus ojos... no hay nada más relajante que eso.
Sentarte en una plaza a ver un poco de tango te podría parecer de abuelos... pero en Buenos Aires se vale, ¿o no? Ve a fiestas con las mejores propuestas de música sudamericana, pero no sin antes haberte dado unas horitas en el barrio bohemio de San Telmo.
Beirut es una ciudad que podría parecer monótona, pero la realidad es otra. Su escena de fiestas es una de las más grandes del Medio Oriente; y no sólo eso: está rodeada de templos romanos como Baalbek, que te va a dejar los pelos de punta de lo chido que está.
Hay algunos que le dicen la "gran naranja" por su escena de fiesta que dura 24 horas, casi como la gran manzana. Hay lugares underground para echar los pasitos de baile que te dan pena, y otros que son reconocidos en el mundo. ¡Ah! Y obvio no podían faltar sus playas para irte a echar el resto del día.
Aquí te puedes ir de fiesta y no entender nada de lo que te dicen... o sea, puedes estar en tu onda 100%. Pero al día siguiente te tienes que poner trucha porque no te puedes perder ninguno de los templos –en su mayor parte budistas– que hay. Ponte zen, mi hermano.
Esta es la perla de la fiesta en Norteamérica... los canadienses no son tan tranquilos como pensabas. Lo bueno es que después de la fiesta te puedes ir a echar un poutine y sentarte junto al río a que te de aire fresco (mientras ves árboles de todos tonos).
Carnaval, luces, baile, disfraces, ¿qué más puedes pedir? Lo que no sabías es que también te puedes dar una pausa de relajación en la montaña Pan de azúcar, donde vas a tener una de las mejores vistas de la ciudad, alejado del ajetreo y la gente.
Estas fotos lo explican todo, ¿o no? De día puedes ir a rodar por el pasto (o no) de los campos irlandeses. Y en la noche ¡PUM! irte a uno de los pubs clásicos de Dublín, donde seguro vas a hacer nuevos cuates.
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