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    22 Cosas que entenderás si eres de los que nunca se acuestan temprano

    De hecho, todo es culpa de Netflix.

    1. Acostarte temprano no es fácil cuando estás rodeado de distracciones.

    2. Existe Netflix, que está literalmente configurado para que se reproduzca automáticamente el episodio siguiente de tu serie favorita y no te deja otra opción más que verlo por obligación.

    3. Y cuando finalmente has reunido fuerzas para decir "este es el último", ocurre un giro inesperado en la trama y te ves obligado a descubrir qué pasa.

    4. Multiplica esta situación por la programación excelente de Netflix. No te irás a dormir temprano al menos durante cinco años.

    5. Agrega un año más por cada programa de televisión al que eres adicto.

    6. La televisión es toda una distracción como tal. La mayoría de programas empiezan a las 9 p. m. y a eso de las 11 p. m. es cuando todos los programas buenos de la televisión se acaban.

    7. Y no es tan tarde, pero luego recuerdas que tu celebridad favorita es la invitada en uno de los 20 programas de variedades nocturnos que fueron hechos para arruinarte la vida y no dejarte dormir.

    8. Las redes sociales tampoco ayudan. Piensa en todas las horas de sueño que perdiste por estar viendo publicaciones en Instagram durante horas.

    9. Y discutiendo por Facebook con un viejo compañero que tiene vistas políticas distintas a las tuyas.

    10. Y tuiteando en vivo tus historias, también conocidas como reality shows.

    11. Ah, y tratando de entender Snapchat.

    12. Lo cual, de algún modo, te hace volver a Instagram porque no sabes cuáles son las historias que más te gustan.

    13. Luego están los familiares y amigos que arruinan tu horario nocturno porque son incapaces de tener una conversación corta.

    14. Así que quedas atrapado durante una hora haciendo de terapeuta.

    15. Y lo único bueno es que ahora puedes ver quién le da "me gusta" a las fotos de quién en Instagram cuando creen que nadie está viendo.

    16. Esto, por supuesto, te lleva directo a una madriguera mágica y terminas viendo las fotos de Instagram de la persona que ahora anda con el ex de tu amor platónico.

    17. Lo cual significa, obviamente, que tienes que escribirle a tu mejor amigo y compartir tus hallazgos con él para empezar a crear una teoría conspirativa de cómo pasó todo.

    18. Sin embargo, hay veces que las redes sociales no tienen nada que ver. Como esas noches en que estás leyendo un libro tan bueno que no puedes cerrarlo.

    19. O cuando es la tarea, el trabajo o tu deseo de dejar en cero los correos sin leer de tu bandeja de entrada lo que te mantiene despierto en la madrugada.

    20. Pero, al final, como eres humano, los párpados comienzan a ponerse pesados, ¿pero sabes qué más ocurre? Piensas en todas las cosas que tienes que hacer el día siguiente...

    21. ...y te empiezan a sacudir la mente mientras estás en la cama dando vueltas y preguntándote por qué tu cerebro te odia tanto.

    22. Finalmente, tu cuerpo gana, te duermes y todo se siente bien con el mundo. Hasta 30 minutos después cuando es hora de despertar.