Croacia, la verdadera campeona en nuestros corazones

Veinte años después de sobrevivir una guerra, su selección hizo un Mundial épico.

Ha terminado el Mundial...

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La final fue una oda al fútbol.

Tenemos un nuevo y digno (bi)campeón.

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Felicidades, Francia. Triunfó una selección multiétnica con grandes individualidades.

Pero el equipo que ganó nuestro corazón fue... ¡Croacia!

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... un país muy joven.

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Su independencia se consolidó en 1995 y entró a la Unión Europea en 2013.

... Un país que se sobrepuso a la guerra.

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El conflicto en los Balcanes empezó con una guerra en Eslovenia, pero cuando Croacia declaró su independencia en 1991, las tropas del Ejército Federal Yugoslavo y paramilitares serbios (todos a las órdenes de Slobodan Milosevic), invadieron una parte del país y crearon una república en Krajina. Lo que siguió fue una terrible ola de destrucción y limpieza étnica.

Los futbolistas de esta Selección eran niños que perdieron a seres queridos y tuvieron que huir.

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Durante la guerra, un grupo de rebeldes serbios destruyó el pueblo de Luka Modric; quemaron su casa, mataron a su abuelo y a seis familiares más. La familia de Ivan Rakitic se refugió en Suiza, y la de Mario Mandzukic, en Alemania.

Hoy son iconos de memoria y mucha fuerza.

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Sus fans están más que orgullosos.

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Y la número uno es su presidenta.

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Kolinda Grabar-Kitarović es la primera mujer que ocupa la presidencia de Croacia. Quiso acompañar a la selección y se tomó un permiso sin sueldo para ir a los partidos. Vio los octavos contra Dinamarca desde la grada, como cualquier otro fan. En la final, apoyó a su equipo desde el palco de honor y luego bajó a la entrega de trofeos. La lluvia no impidió que abrazara a su selección ni que le mandara buena vibra a los campeones.

Hoy se brinda por Croacia en todo el mundo.

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Porque nos conquistaron con su tenacidad.

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Los croatas jugaron más que ningún otro equipo. Ocuparon tres prórrogas y dos tandas de penaltis contra Dinamarca, Rusia e Inglaterra. Lo milagroso no era que ganaran, sino que siguieran jugando al 110%

Con su auténtica hambre de ganar.

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Su lado del cuadro se antojaba un poco más sencillo que el de Francia, y aún así remontaron todos sus partidos de la fase de eliminación, incluso en tiempos extra. Esta generación quería rebasar a la de Francia 98 y lo logró.

Y con su gran uniforme de visitante...

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Jugaron con corazón, precisión y técnica.

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Aún cuando se toparon con obstáculos importantes.

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Danijel Subasic venía de convertirse en héroe con los tres penales que atajó en octavos contra Dinamarca. En el partido de cuartos, contra Rusia, sintió un pinchazo en la parte posterior del muslo derecho pero siguió y siguió... Primero en la prórroga, luego en los penaltis, tanda en la que paró el tiro de Smolov. Al final resultó que la lesión era un edema, pero Subasic tuvo que reposar antes de la semifinal contra Inglaterra. La jugó, aguantó ese alargue y siguió luchando hasta la finalísima.

Sin duda salieron triunfantes.

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Hoy, el fútbol se reencontró con un gran amigo.

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No podemos esperar a que llegue la siguiente generación de croatas guerreros.

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Sigue luchando, Croacia.

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Por tu historia...

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Por tu gente...

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Y por todos los fans del fútbol.

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